Primera B - VILLA SAN CARLOS 1 - CENTRAL CÓRDOBA 0

Un final imperfecto

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Cuando parecía que el empate estaba sellado y Central Córdoba rescataba un punto de su visita a Beri

Cuando parecía que el empate estaba sellado y Central Córdoba rescataba un punto de su visita a Berisso, un error dejó al Matador de Tablada con las manos vacías. Guruceaga se equivocó en una pelota intrascendente sobre el lateral, impidió que ésta se fuera y posibilitó que en una contra fulminante el equipo de Villa San Carlos obtenga la victoria agónica por la mínima diferencia. Un error que el charrúa pagó muy caro después de haber dilapidado varias ocasiones que tuvo frente al arco de Volpe. El verdugo fue Vegetti.

   Los primeros 45 minutos fueron dignos de olvido. Con un mediocampo súper poblado y sin llegadas de peligro, los dos equipos navegaron en un mar de intenciones y se ahogaron en la intrascendencia. Fue una etapa de trámite chato, aburrido, gris como la tarde. A tal punto que casi no hubo jugadas de peligro en las áreas. Un tiro libre de Salinas que se fue apenas arriba del travesaño en los primeros minutos y una mediavuelta sin peligro de Sommariva fueron lo único destacado de un parcial que pasó sin pena ni gloria.

   El cambio de dibujo táctico de Marcelo Vaquero para jugar con un enganche y dos puntas no dio dividendos, ya que Raymonda no logró hacer jugar a los delanteros para dejarlos cara a cara con el arquero. El Matador intentó, pero el peligro se diluía cada vez que se acercaba al área. Sin vértigo, no le pudo encontrar la vuelta al partido.

   Pero en el complemento la cosa cambió, el ingreso de De Bruno por Raymonda le dio al equipo otro aire, otra dinámica, y los charrúas empezaron a inclinar la balanza a su favor. Eso hizo que el espectáculo también ganara, ya que las acciones se hicieron más entretenidas. Sobre todo en el último cuarto de hora, que fue cuando el conjunto de Vaquero generó las jugadas de mayor peligro.

   Pero evidentemente algo falló. El arco sigue cerrado para el conjunto charrúa por más que en el juego genere algunas situaciones. Y son los goles los que definen los partidos. Era de esperar que en un trámite final de ida y vuelta el que cometiera el primer error lo pagaría caro. Córdoba intentó instalarse en la última línea del conjunto villero, pero por impericia propia o por virtudes de una durísima defensa local, no logró el objetivo de facturar. Lazo, a los 43’ del complemento, tuvo la chance de liquidar el pleito, pero falló el mano a mano con Volpe y eso costó carísimo. Porque más allá de la inexpresividad que tuvo el conjunto celeste, sacó la carta ganadora en la última jugada del partido, aprovechando el regalo que dejó a toda la defensa charrúa a contrapierna e hizo estéril el achique de Nicosia.

   Córdoba volvió a quedarse con las manos vacías sobre el final, como le sucedió ante Flandria, pero como dijo Marcelo Vaquero, son cosas para ocuparse y no preocuparse. Más allá del traspié el conjunto de barrio Tablada tiene herramientas para salir adelante y volver a la senda del triunfo.