El capitán de Alvarado se relajó y analizó lo que pasó y lo que viene, las ilusiones, los miedos, el hambre de un grupo que no se conforma y tiene una única meta: meter al "torito" en la B Nacional.
El barco Alvarado zarpó a principio de julio de 2018 y la hora de llegada para este largo viaje es el domingo 23 de junio de 2019, alrededor de las 21.30. La distancia entre punto de salida y final, es cercano, en apenas algunos kilómetros que separan el predio de la ruta 88 y el José María Minella. En el medio, hubo un recorrido por diferentes puntos del país, miles y miles de kilómetros, mucho trabajo, mucho esfuerzo, varias alegrías, algunas tristezas y un único objetivo: el ascenso a la B Nacional. Ahora, con sólo 90 minutos por delante, el "torito" cuenta con una posibilidad histórica y no la quiere dejar pasar. Antes de esa finalísima con San Jorge de Tucumán, el capitán de la embarcación, Emanuel Urquiza, habló con 0223 de una semana especial y los sueños que hacen más largas las noches.
-Son días distintos, especiales, están a las puertas de cumplir el sueño de un club de 91 años.
Sin dudas son días hermosos para disfrutar e ir preparándose mentalmente para afrontar este desafío que tenemos por delante para coronar un gran trabajo hecho por el plantel y por todo el cuerpo de trabajo durante todo el año. Todavía falta ese último paso, ese último esfuerzo para que seamos dignos merecedores de ese logro. Nos preparamos para estar óptimos y entregar lo mejor de nosotros.
-Dijiste disfrutar. Más allá de la seriedad y la responsabilidad con la que encaran el partido, ¿se pueden tomar ese momento para disfrutar este hecho histórico?
-Yo creo que sí, que hay que estar abierto a estas nuevas emociones, estos nuevos sentimientos que la gente transmite, si bien tenemos que concientizarnos en nuestro trabajo, en lo que tenemos que hacer dentro del campo de juego y en el trabajo de la semana para llegar bien, hay que estar abierto a sentir el apoyo, el cariño y que sea también un impulso, un motivo más para luchar, para creer, para soñar. Hay que vivirlo, ir sintiéndolo, disfrutándolo, y por supuesto ser muy responsable porque nosotros somos los que vamos a definir esta historia y somos los primeros que queremos quedarnos con este ascenso.
-Lo futbolístico siempre es importante, pero en estas instancias ¿los partidos se preparan y se ganan más desde lo mental?
- Obviamente que hay que ser fuerte anímicamente, no hay que dejarse doblegar en ningún momento. Si bien los miedos existen, no se pueden ocultar, siempre van a estar, uno tiene que tener las convicciones más fuertes para superarlos y eso es determinante a la hora de lograrlo y conseguir un objetivo tan importante. Vamos a trabajar, vamos a empezar a formar esa tranquilidad mental para afrontar este desafío tan importante.
-Fue un año largo pensando en este objetivo, el equipo pasó por diferentes momentos y se solidificó en la parte más importante de la temporada.
-Sin dudas que antes de que arranquen los playoffs nos propusimos internamente ser un equipo más maduro, más asentado, más plantado, y creo que de a poco lo hemos ido consiguiendo, se ha visto un equipo sólido, sobre todo en los partidos de visitante que hemos jugado a lo largo de los playoffs, encontramos esa regularidad defensiva que es muy importante para pelear un objetivo tan grande y no es hora de relajarse, es hora de ajustar un poco más, entregar más del 100 por ciento, y estamos tranquilos que tenemos muchas cualidades futbolísticas para poder doblegar al rival y confiamos en eso.
-Fueron inteligentes de visitante, de local siempre salen a atacar, pero San Jorge es un equipo que se siente cómodo de visitante, que ganó 3 a 0 en San Luis y en Ramallo. ¿Los obliga a ustedes a ser un poco más cautos?
-Se vieron a lo largo del torneo diferentes propuestas tanto de local como de visitante. Yo creo que en casa hemos sido muy superiores a la mayoría de los rivales que hemos enfrentado y plasmamos una supremacía en el juego, y muchas veces se vio reflejado en el resultado, en otras nos costó más, pero desde lo futbolístico, la generación del juego, en el Minella se nota que el hambre, la ambición, la propuesta, la convicción, están más elevados en el plantel. Vamos a ir a ganar el partido, tenemos que ir a ganarlo para hacer historia, vamos a salir a jugar para ganarlo, pero siendo inteligentes, sabiendo los momentos del juego porque sabemos las características de jugadores que tienen de mitad de cancha en adelante, con transiciones muy rápidas que pueden llegar a incomodar. Habrá que tomar los recaudos necesarios, pero sin dejar de mirar el arco rival que es donde tenemos que hacer la diferencia.
-Son 35 jugadores detrás de un mismo objetivo, en lo personal, al menos internamente,, ¿tiene un sabor especial ser el capitán de este Alvarado que está tan cerca de un logro histórico?
-Voy a contar una infidencia que dije en la arenga antes de jugar con San Jorge allá en Tucumán. Que lo que nos había traído hasta acá, a seguir soñando, a seguir creciendo, era el impresionante plantel que tenemos, la competencia interna que tenemos es excelente, hace que todos los jugadores levanten su nivel, que todos estén para jugar, todos están en condiciones de estar y todos los jugadores que integran este plantel futbolística y anímicamente están en condiciones de jugar esta final. Y ser el capitán de este equipo, uno de los referentes, me llena de orgullo, lo veo como una gran oportunidad, un lindo desafío, con mucha responsabilidad y siempre apoyándome en mis compañeros que son los que nos trajeron hasta acá y nos permitieron a todos creer, soñar y confiar un poco más.
-Domingo 22 horas, ¿cómo te imaginás?
-La felicidad plena. Es lo que vamos a buscar, es lo que hay que trabajar. No es consecuencia de la suerte, si bien siempre hay que tener un poco, yo creo en el trabajo, en las cualidades que hay, en la ambición, en el hambre que tiene este grupo y eso nos puede llevar a lograrlo.
