Patronato tenía una estrategia clara en su visita a Douglas Haig de Pergamino el último domingo. El equipo debía recuperar la memoria y demostrar nuevamente ese orden que le permitió sumar tantos puntos en el tramo final de la pasada temporada. Sergio Chitero entraba en el equipo para cumplir con una misión que logró ser la clave para abrir el marcador (gracias a una genialidad individual) y Roberto Brum, en su primera presentación con la casaca Rojinegra, demostró muchas virtudes que rápidamente harán que se meta en el corazón del hincha Santo. El conjunto entrerriano fue solidario y a pesar de no ser claro con la pelota, corrió de manera pareja y por eso nunca pasó sobresaltos importantes en el juego. Los dirigidos por Reinaldo Merlo jamás pudieron imponer su idea futbolística. ORDEN. La presencia de José Luis García dentro del plantel hace creer que en algún momento Diego Osella apostará a cambiar su sistema y propondrá una idea de juego con un enganche en cancha. Por ahora, el 4-4-2 parece inamovible y estar siempre ordenado será la prioridad. Durante la pasada temporada los futbolistas de la mitad de la cancha lograron interpretar al DT de manera inmediata. Para este torneo se mantuvo la base del plantel, pero en la zona media cambiaron muchos intérpretes. El pasado domingo nuevamente se vio un equipo establecido, que pocas ventajas dio. Durante las dos fechas iniciales sus rivales (Defensa y Justicia e Instituto de Córdoba) lograron imponer su juego y por muchos momentos sometieron a los de Osella. El fin de semana en el estadio Miguel Morales, Douglas poco pudo hacer, ya que careció de ideas y Patrón jamás dejó que aplique su estilo. SOLIDARIDAD. Es cierto que hubo pocas luces a la hora de generar intenciones de juego, pero también es verdad que el calamitoso estado del campo de juego de la cancha Fogonera impidieron que Patrón realizara un juego vistoso y al ras del piso. Ante esto, los de barrio Villa Sarmiento propusieron un fútbol físico, donde prevaleció la entrega y la solidaridad. Jugadores como Ricardo Gómez y Gastón Rossi, quienes eran en suelo pergaminense los encargados de manejar la pelota, no estuvieron claros con esta, pero no escatimaron sacrificio para colaborar con el equipo. DE OTRO PARtIDO. Sergio Chitero tenía una función bien marcada para el encuentro ante Douglas. Debía pararse entre los volantes Santos para que César Carignano aprovechara los espacios que queden a las espaldas del doble cinco rival. Desde ese lugar, el Checo era el responsable de asociarse con los volantes y asistir al referente de área. Nadie imaginó que de allí sacaría una Joya de su repertorio para marcar un gol de otro partido (desde la mitad de la cancha) y abrir el camino a la victoria.