Una vez más, el Verde deja pasar puntos. Otra vez, como en Puerto Madryn, el rival se encuentra con el empate cuando menos hacía por conseguirlo. Sexto empate en ocho juegos para los de Gustavo Coleoni, y esas unidades perdidas impiden al Trueno esperar más cómodo al cierre de la octava fecha.
Iván Antunes abrió la cuenta en el primer tiempo, gracias a un anticipo aéreo tras un centro de Peter Martínez Grance. El lateral derecho, hoy parado más cerca del mediocampo, volvió a sorprender con una entrada libre en el área contraria.
Antes del uno por cero parcial, San Miguel había tenido varias ocasiones para marcar. Desde Tiago Cravero el local cortó y busco la distribución de Nahuel Luján para jugar abierto por las bandas. Agropecuario no podía recuperar.
El conjunto sojero no complicó a San Miguel en la faceta defensiva, con Dixon Rentería firme para sacar lo que caía cerca de Joaquín Pucheta. El colombiano fue clave, hasta que debió retirarse lesionado en el complemento.
La primera parte se fue con un justo triunfo parcial del Verde. Los segundos cuarenta y cinco minutos traerían el desafío de cerrar los partidos, otra vez.
Sin poder meter vértigo para aumentar el resultado, la tarde fue cayendo en una repetición de intentos de Agropecuario que se diluían en los metros finales. Por su parte, el dueño de casa procuraba hacer correr la pelota.
Sin demasiado aviso previo llegó la igualdad. Patricio Cucchi aprovechó una indecisión defensiva para meter la punta del botín y superar la reacción de Joaquín Pucheta. No pasaba mucho, pero se sintió el mazazo.
Tras el uno a uno, Agro buscó largo a los espacios. El corte del Verde ya no fue el mismo. Atrás se vio cierta descomposición, sobre todo para la vuelta. En dicho tramo, el visitante pudo ponerse arriba, sin embargo no acertó en la contra. Mientras, Nahuel Luján se lo perdió de frente al arco sojero.
Los instantes finales fueron historia conocida. San Miguel tocado por perder los tres puntos, y sin poder generar a pesar de sumar gente de ofensiva. Los cambios no significaron un revulsivo de absoluto. David Müller quizás fue el único que metió por amor propio.
Nuevamente se suma, sí. No obstante, el déficit entre lo que es, y pudo ser, aleja al Trueno de los puestos altos. Esto mismo obliga a seguir de cerca la evolución de los de abajo.
