En la semana más convulsionada que tuvo Deportivo Morón en los últimos tiempos, llegó el partido más esperado por los hinchas. El clásico al cuál Morón siempre le pone lo mejor, tanto que con el triunfo de este domingo logró emparejar el historial con casi una centena de partidos disputados entre las tres máximas categorías del fútbol argentino.
La visita llegaba con la obligación de sumar de visitante algo esquivo durante toda la temporada 2024. Mientras tanto Deportivo Morón debía demostrar que había dejado Fabián Nardozza tras ser destituido de su cargo el último día lunes. El fierro caliente lo agarró un técnico interino más no menos capaz.
Sergio Achaval llegó a la reserva del Deportivo Morón cuándo en el ciclo técnico de Migliardi. Chiche fue subido de la reserva a primera división. Entonces el hoy entrenador de la primera del gallo pudo tener este lugar tan soñado y flor de debut que tuvo.
En Morón hoy se corrió la mejor de las películas, un triunfo en el clásico como pasaba en el viejo Urbano sin Achaval tal dice un amigo.
El primer tiempo fue tedioso. Poco claro. Con algunas que otras aproximaciones, algún rebote largo. De seguro Juan Martín Rojas y alguna otra aproximación de Deportivo Morón que tuvo tres cambios respecto a la derrota en Mendoza hace siete días.
Pero lo mejor del Gallo iba a llegar en el complemento a base de cambios se veía claro desde afuera que los que estaban en cancha necesitaban ser removidos.
Fue entonces cuando Santiago Sala el pibe de barrio Santa Laura, Morón sur y Matías Romero comandaron una gran contra, la cuál surgió a partir de una jugada sumamente polémica dónde el colegiado Pablo Giménez si le dio la mano a Deportivo Morón (a diferencia de lo que vino pasando en el ciclo técnico anterior donde Morón tuvo un expulsado cada dos partidos) y en ese ataque furibundo de costa a costa comandado por Sala y Matías Romero finalmente ambos jugando de primera se la dejaron a Gastón González quién supo definir sobre el arco del Torito de Mataderos.
1 a 0 festejo alocado en el banco de suplentes y en las tribunas que tuvieron colmadas cómo las viejas épocas como cada vez que Morón tiene estos partidos por delante.
Los de Montenegro a partir de ahí intentaron ir cómo podían dejando dos en el fondo por momentos a merced de alguna contra del dueño de casa. Pero el resultado a favor era una buena ventaja para no descuidarse y conseguir este triunfo sumamente necesario.
Un triunfo que ratifica las cualidades del plantel que formó Fabián, hoy provisoriamente por un técnico de la casa. Los próximos días se verá. Sí continúa la búsqueda entre dos nombres (Pablo Frontini o Cristian Díaz) o un proyecto más ambicioso desde lo económico o algún otro nombre.
Por el lado del Verdinegro deberá ajustar clavijas para tratar de contrastar lo bueno hecho en su estadio a diferencia cuándo sale del mismo.
Cómo dijo un comentarista ex jugador de la primera del Gallo: "Los clásicos no se merecen, los clásicos se ganan".