El equipo comandado por Gustavo Quinteros eliminó al Ciclón del "Pipi" Romagnoli en un Estadio Libertadores de América colmado por las dos parcialidades y repleto de emociones en un partido que tuvo de todo y no dió respiro.
Con un Ricardo Enrique Bochini que se cubrió de hinchas azulgranas y velezanos se disputó el segundo partido de octavos de final de La Copa Argentina. Una noche fría y ventosa no hizo más que avivar el calor de un latente partido de futbol, y así de caliente fueron los primeros minutos del encuentro.
En los papeles, un Vélez que llegó como el mejor equipo, con una racha de cuatro victorias al hilo y sin sufrir goles, mientras que San Lorenzo tenía aun el vivo recuerdo del empate 0-0 que había conseguido hacía tres días en esta misma cancha, contra Independiente, y con un paupérrimo rendimiento.
Desde el pitido de inicio por parte de Rapallini, el equipo de Quinteros se hizo dueño del partido y, antes de los 10 minutos convirtió su primer gol. Desde una jugada trabajada de Vélez, que movió la pelota desde la izquierda con Thiago Fernández, hasta Claudio Aquino –el cerebro de este equipo- para que le filtre la pelota entre centrales, donde se había colocado Ordoñez. Hasta ahí llegó el mediocampista, que no dudó en girar y estampar la pelota contra la red para el uno a cero.
El subcampeón de La Copa de La Liga asedió el resto de la primera mitad a un deslucido Ciclón, que se vio golpeado por dos lesiones casi en simultaneo y de dos jugadores claves: Remedi y Braida. El numero "5" fue reemplazado al instante, pero distinto fue el caso del lateral-delantero de San Lorenzo
Malcom Braida decidió probar en cancha y luego, casi saltando en una pierna y llorando de la frustración, aguantó inmóvil los pocos minutos que le quedaban a la primera mitad, para que cuando su reemplazo se concretara no consumiera una valiosa ventana para realizar cambios más adelante. Esta situación dejó una triste imagen, con el jugador abatido en la cancha, siendo consolado tanto como por sus compañeros, sus contrincantes y hasta por el propio Fernando Rapallini.
En tiempo complementario la situación pareció no cambiar demasiado. Un Vélez que salió con todo, a puro toque y vértigo, con intenciones de cerrar el partido. Podría haberlo hecho a solo 5 minutos del corriente tiempo, cuando desde una jugada por derecha entre Guidara, Pizzini y Ordoñez que tiró el centro rasante. La pelota esquivó a Braian Romero, que arrastró toda marca posible y dejó solo a el pibe Fernandez del lado contrario quien, solo y con el arco libre de par en par, la colgó por encima del travesaño y perdió la chance de cerrar el partido.
Nada haría pensar que, solo siete minutos después, San Lorenzo lograría empatar el partido. Desde un córner por izquierda que sacó rápido Reali para hacer el uno-dos con Barrios y poder tirar cómodamente el centro. La pelota cayó como una daga en la boca del área chica. Justamente dónde Alexis Cuello llegaba con su cabezazo para vencer a Marchiori e igualar las cosas.
Impulsado por el gol, El Ciclón se creció en el partido a la vez que Vélez se volvía más displicente en la marca. Tanto es así que el arquero velezano debió actuar en favor de su equipo como todavía no lo había hecho en todo el partido y sacar un furioso remate de Irala de media distancia que hacía picar la garganta de los Cuervos que habían asistido a la cancha.
Finalmente, el partido se decidió al minuto 83. Pase largo de Bouzat para el uruguayo Michael Santos, este la suelta de primera para Brian Romero que toca y va al espacio para recibir un exquisito pase del ex-talleres y quedar mano a mano con Altamirano. Gol. Aquí se alega un offside de Santos cuando parte el balón desde Bouzat. Muy finito, algo que podría cobrar solo el VAR, herramienta ausente en La Copa Argentina, hoy para la suerte de Vélez.
Con un Ciclón totalmente volcado en ataque y exhausto desde lo físico liquidaría el partido el pibe de 18 años Carrizo. Desde una pelota que trabó y ganó Matías Pellegrini se generó el desequilibrio que haría aparecer solo, por el segundo palo, a Maher Carrizo. Centro y gol. Se desata la locura en el Libertadores de América, pero es la nada misma comparado con la locura que se vive en Liniers.
Vélez Sarsfield se clasifica a los cuartos de final de La Copa Argentina, trofeo que aún no ha logrado ganar. En su llave espera entre Godoy Cruz o Independiente, dos equipos que por actualidad parecen inferiores. Porque este Vélez, de la mano de Gustavo Quinteros y de sus pibes, juega un futbol vertiginoso, creativo y que convence.
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