El Pirata consagró su pase a los cuartos de final con goles de Franco Jara y Lucas Zelarayán, quien brilló nuevamente como eje del equipo que lo vio nacer.
El Gigante de Arroyito se tiño la mitad de rojo, y un tercio de celeste. La enorme convocatoria de Independiente, que ocupó prácticamente todo el lugar posible, terminó con insultos para con su equipo en cancha mientras que, del lado contrario, la hinchada del Pirata celebraba con su equipo el avance a la siguiente fase de La Copa Argentina.
Belgrano se puso en ventaja en la última jugada del primer tiempo, cuando Jara limpió la jugada en el circulo central del campo de juego, y luego fue a buscar el centro al área. Gran mérito de los de Ricardo Zielinski, que no se dejaron apresusar por el reloj, movieron la pelota hasta el libre Gabriel Compagnucci y este, con un centro milimétrico, asistió al goleador que se elevó más alto que Lomónaco. Habían hecho méritos ambos, pero la poca claridad de Independiente para ejecutar el pase final en área rival, le pasó factura justo antes del descanso.
Con el resultado que pesaba sobre sus hombros, el equipo de Vaccari siguió con el manejo de la pelota, más no de las llegadas. Casi sin complicaciones para el guardameta Pirata Thiago Cardozo, Vaccari encontró en el banco a un Pussetto muy movedizo, y algo de piernas frescas. Cuando el viento helado de Rosario parecía soplar a favor del Rojo, Lucas Zelarayán se sacó el arakhchi y prendió fuego la pelota desde más allá del área grande. Con tiempo y espacio para rematar —otorgárselo fue el peor pecado del Rojo— "El Chino" la colocó en un ángulo inalcanzable para Rodrigo Rey.
No fue la primera vez que Independiente dejó solo al mejor jugador de la cancha, sino que en gran parte del partido luchó consigo mismo para intentar ponerle un freno al 10 que volvió imparable. Zelarayán es el eje de la cancha de Belgrano, administra cada pelota con inteligencia y aprovecha al máximo los espacios al momento de contra-ataque, algo característico de este Belgrano del Ruso. Con un nivel tremendo, le puso el broche de oro con un golazo que quedará grabado en las mentes cordobesas. Y seguramente en alguna de Avellaneda.
A puro festejo y euforia, Belgrano de Córdoba sella su clasificación a octavos de final y su mejor actuación en La Copa Argentina desde la campaña 15/16, en la cual cayó en semifinales contra el dueño del estadio en el cual festeja hoy. Deberá esperar hasta finales de agosto para conocer a su rival, el cual saldrá del encuentro entre Atlético Tucumán y Newell's Old Boys, mientras intenta mantener el buen arranque en el Clausura de La Liga Profesional, donde se ubica sexto de la zona "A".
