Esta vez la violencia no se impuso pero volvió a estar presente. Cerca de dos mil personas estuvieron presente en el estadio Martearena y el único inconveniente que se registró fue antes del inicio del partido entre los propios hinchas de Gimnasia y Tiro.
Según trascendió, una fracción de la hinchada del albo discutió por un tema de distribución de entradas “de favor” y, al no llegar a un acuerdo, se fueron a las manos.
Hubo piñas de un lado y del otro; pero esta vez la Policía intervino rápidamente y calmó las aguas. Personal de infantería y de la montada se encargó de separar a los barras y, además, a los que estaban más alterados los escoltó hasta la salida del estadio y, a modo de precaución, no permitió su ingreso al Martearena.
Por este hecho, no se registraron detenidos ni heridos. Esta vez, la intervención policial fue eficaz y no permitió que los hechos pasaran a mayores.
