Con persistencia, La Academia venció con el gol de Víctor Lopez cuando el reloj se acercaba a los 90 minutos y condenó a Fénix al descenso
Esta es la crónica de una muerte anunciada. En una noche que parecía estar destinada a dejarle un sabor a derrota a Argentino y un apice de esperanza a Fénix. Dónde todos los intentos del local, por más buenos y precisos que fueran, eran rechazados por el arquero y figura del día, Valentín Parra, o por alguna pierna salvadora de un defensor, la impotencia nunca se apoderó de La Academia, que siguió y siguió. Jugada clara tras otra, cuando las cosas se tornaban oscuras y el ambiente denso, apareció el remate de Víctor Lopez que se desvío en un rival y se coló en el aparente infranqueable arco de Fénix.
La alegria de un lado, que luchó todo el partido y mereció el gol desde el primer tiempo, y por otro la desolación total del Ave. Tanto desgaste hizo el último equipo de la tabla, tanto esfuerzo, que hasta parecía merecerse el empate, aunque eso solo aplazara lo inevitable. Es verdad que casi no tengo fútbol, pero la actuación deslumbrante de Parra bajo los tres palos, que sostuvo a su equipo todo el partido debido a la superioridad del local, fue plausible al punto de merecerse algo más que ser destacado como tal.
Un Fénix desbordado, anímica y futbolísticamente, ya que La Academia hizo de las bandas el patio de su casa. Con solo tres victorias en 35 encuentros fue —aún es— el peor equipo del año en la "B" Metropolitana. Por encima de él, toda una pelea por la permanencia que tiene a Sacachispas como el segundo descendido pero, con 12 puntos más que el Ave, se aferrará a sumar para continuar en la categoría.
Mientras tanto, Argentino de Merlo se coloca tercero en la tabla general, en un cómodo puesto para ingresar al reducido por el segundo ascenso. Con sus 55 puntos se encuentra a ocho del último equipo en quedarse fuera de los clasificados, pero con dos partidos más que el resto.