Mauro Marrone cumplirá un centenar de partidos con la camiseta aurinegra en el choque que se viene a
Mauro Marrone no dura un segundo en vidriera. Reúne todos los requisitos que suelen buscar los entrenadores. Lo que se pide en los avisos clasificados de las bolsas laborales, este volante de 26 años lo satisface de taquito: joven, con experiencia, proactivo, capacidad de trabajo en equipo y con ganas de progresar.
Esto explica, sin dudas, la continuidad sostenida, la confianza que se ganó de Blas Giunta y la torta de cien velitas con que celebrará en el choque de la próxima fecha, ante Banfield. Sí, el mediocampista cumplirá un centenar de partidos con la remera aurinegra. ¡Salud!
Marrone, negro y amarillo
“La verdad, no lo imaginaba. Si bien me crié en Talleres de Remedios de Escalada y lo siento como mi club, venía de una institución devastada, en quiebra y, por supuesto, no viví un momento como el que tuve en Almirante. Fue un cambio bastante positivo para mi carrera”, cuenta la rueda de auxilio del plantel del Mirasol, quien llegó para disputar el torneo de la B Metropolitana de 2009/10 -el club compró el 40 por ciento de su pase-, y que lo encontró festejando, al final de esa temporada, el ascenso a la B Nacional.
Originalmente cinco, Marrone fue desplegando, a lo largo de sus tres años y medio en Casanova, una versatilidad que lo erigió en pieza fundamental. Jugó por los dos costados del mediocampo y hasta lo hizo como lateral derecho. Sin refunfuñar, sin queja alguna hacia el DT, siempre en pos del objetivo colectivo.
“Trato de acomodarme a lo que me pida Blas. Si bien me siento más cómodo como volante central, busqué cómo aportar mi granito de arena cuando me tocó jugar en otra posición”, razona.
Muevo yo, Mauro
A la hora de los proyectos, Mauro elige el mejor camino: el de refundarlos para que la motivación se mantenga en las nubes. “En el torneo pasado, jugué casi todos los partidos (NdeR: 30 de 38). Solo falté por lesión o sanción. Para mí es muy importante cumplir estos cien partidos. Ojalá que cumpla cien más y no solo en la B Nacional, sino también en Primera, que es lo que queremos”, planea.
Salvo que surja alguna oferta tentadora, de esas que no se pueden dejar pasar, el futuro de “Pepito” parece estar pintado con los colores negro y amarillo. Por su calidad de jugador indispensable y por el compromiso que lo identifica cuando empieza a rodar la pelota. “Ya fueron cuatro campeonatos en Almirante, y todo jugador sueña con alcanzar esa cifra de partidos en un club. Se ve que no hice tan mal las cosas”, bromea. Todo lo contrario, Mauro. Que cumplas cien más.
