Inobjetable. El golazo de Carabajal le permitió a Talleres ganar un partido que le fue favorable de
Debió ser más holgado el triunfo de Talleres. O más cómodo, al menos. El trámite del partido no había dado como para que los hinchas albiazules tuvieran que esperar hasta el final para soltar el festejo.
No hubo sobresaltos, por la tibieza de un Central Córdoba que –sin quitarle méritos a la actuación de la “T”– nadie se explica cómo hizo para llegar al Kempes con la “chapa” de puntero e invicto. La prolongación del suspenso tuvo más que ver, en todo caso, con la falta de decisión y de precisión del Albiazul para definir antes del límite un pleito que le fue favorable de principio a fin.
Arnaldo Sialle armó un equipo para ser protagonista, con mucho juego por los costados con Bottino y Becica y con un Álvarez movedizo y “vertical” que terminó siendo el complemento ideal para el talento de Carabajal.
El capitán Villarreal se plantó como en sus mejores tiempos para apuntalar aquel intento, delante de una defensa que va encontrando cierta eficacia colectiva a fuerza de repetición. La escasa ambición de los santiagueños también contribuyó para que el plan se cumpliera casi a la perfección.
Becica encontró las primeras grietas por el lado de Mainguyague, y Bottino se cansó de tirar centros por el otro costado, pero en el arranque del partido Carabajal no tenía claridad en su último toque y la pelota no le llegaba a Klusener, que entraba y salía del área visitante, una y otra vez, en procura de asistencia y respaldo.
Pero bastó que Carabajal se decidiera a romper líneas bien cerquita de la rústica defensa ferroviaria para que los tantos se empezaran a acomodar a la realidad.
El llamado de atención se dio a los 31 minutos, cuando el “10” albiazul encaró por el medio, tocó entre un montón de piernas extrañas, buscó la devolución y metió un tiro que Albornoz sacó sobre la línea de sentencia, dejándole servida otra chance al tándem Becica-Klusener.
Tres minutos más tarde, Carabajal volvió a gambetear con la idea fija en el arco contrario, guapeó entre dos grandotes y sacó un derechazo para anotar el gol del triunfo.
Ya con la ventaja, el mérito mayor de la “T” fue sostener la iniciativa. Tuvo que esperar hasta el segundo tiempo para volver a inquietar al arquero Ledesma, porque el dominio territorial y estratégico no llegaba a consumarse en términos de eficacia.
La salida obligada de Villarreal, a los 5 minutos de la etapa final, le quitó una referencia de juego importante al local y le permitió a Central Córdoba ganar espacios con los ingresados Moreno y Sequeira. Pero Aguiar fue un espectador de lujo. Klusener pudo liquidarlo, a los 25, pero lo traicionó el egoísmo del goleador. Igual ganó Talleres, y bien. Los santiagueños nunca despertaron de una larga siesta.
Síntesis:
Talleres: Diego Aguiar; Diego Chitzoff, Ezequiel Brítez y Jesús Nievas; Elías Bazzi, Gastón Bottino, Javier Villarreal (c) y Fabio Álvarez; Albano Becica; Gabriel Carabajal y Gonzalo Klusener. DT: Arnaldo Sialle.
Central: Joaquín Ledesma; A. Maunguyague, César Albornoz, Alan Vester, y Franco Santillán; Hernán Gallo, Facundo Agustinoy, Paulo Paglioni, y Federico Fioramonti; Diego Núñez y Darwin Barreto (c) DT: Salvador Ragusa.
Gol: PT, 34m Carabajal (T).
Cambios: PT, 44m Navarro (4) por Fioramonti (CC). ST, inicio, Moreno (5) por Gallo (CC), 5m Leyes (6) por Villarreal (T), 26m Chavez por Álvarez (T), 28m Sequeira por Paglioni (CC) y 42m Olego por Carabajal (T).
Amonestados: Brítez, Nievas, Carabajal, Leyes (T); Albornoz, Paglioni, Vester y Santillán (CC).
Cancha: Kempes.
Árbitro: Federico Presa.
