Primera Nacional - FERRO 0 - DEPORTIVO MERLO 0

Pobre empate en Caballito

En un partido muy malo, Ferro empató frente a Deportivo Merlo y sigue sin ganar en Caballito. La gen

Albert Einstein, reconocido físico alemán, definió alguna vez a la locura como el acto de “hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos”. Bueno, evidentemente por el barrio hay un brote importante de insanía. Es que cada vez que les toca pisar el césped del Ricardo Etcheverri repiten una y otra vez lo mismo. La misma pobreza de recursos, la misma intrascendencia con la pelota en los pies y la somnolienta idea predominante de buscar la corrida de Pereyra Díaz o la cabeza de Miranda. Y lo curioso es que, a pesar de las pruebas irrefutables del fracaso, nuevamente se espera llegar al triunfo. No queda otra, deben estar locos.

Pero ojo, que la locura es contagiosa, porque también atacó al cuerpo técnico. De nuevo Ferro fue cuatro centrales ordenados pero demasiado rústicos, sólo una banda con proyección por los costados (Acuña), un medio que muerde pero es desesperadamente lento en la creación y una delantera clásica con el chiquito rápido y el sacrificado tanque. Trullet repitió ese planteo que, en Caballito, parece servir sólo para dejar virgen el arco rival. Y enfrente, había un equipo horrible. Mezquino desde el primer minuto, sucio para hacer tiempo escandalosamente y con tan poco juego que nosotros, por pura comparativa lógica, éramos un equipo agresivo. Imaginen que su delantero peligroso era Leandro Lázzaro, con eso les digo todo. Todavía cuestiono en mi cabeza la razón por la cual pusieron redes en los arcos, quizás simple exceso de optimismo o de locura.

Pero ojo, Ferro está loco pero es un loco inofensivo, el famoso “loco lindo”, ya que no solamente no es agresivo en las pocas situaciones de gol que fabrica, sino que tampoco sabe crearlas en serie ante un rival totalmente inocente. Hubo 90 minutos en los que fue superior, no tanto por las llegadas al arco sino en el manejo del balón y en la actitud de saberse superior. Si el local no peloteó a su rival fue exclusivamente por falencias propias, porque si hubiera querido, los defensores Verdes hubieran sido simples espectadores de lujo del partido. Pero claro, Ferro no sabe atacar y se pasó el encuentro regalando pelotas en defensa y chocando inútilmente con las rústicas torres de Merlo. Todo ante la mirada impotente y algo acostumbrada del hincha, que pasó del aliento al suspiro desesperado con el correr de los minutos.

Para lograr el triunfo, Ferro puso todas las fichas en alguna cabeza salvadora o en los rebotes fortuitos que los defensores \"Charros\" provocaban en el área. A Nico Torres le faltó poco de cabeza, Miranda tampoco anduvo preciso y los acercamientos sirvieron para cortar apenas la modorra del sábado a la tarde. Demasiado poco para un equipo que tenía que romper una racha de 9 partidos sin ganar en su cancha, frente a un rival desastroso. La razón para tanta mediocridad parece haber sido resuelta, por lo menos para quienes observamos desde afuera: Ferro no sabe ser protagonista y ante un equipo que no juega a ganar hace agua por todos lados. Sin laterales que se proyecten, regalando la banda derecha con un jugador sin velocidad ni sorpresa y sin la creatividad de un enganche, Ferro promete de local ataques aburridos y previsibles, terminando siempre con un marcador amarrete. Si a esto le sumamos 8 o 9 horrorosas imprecisiones defensivas de los improvisados laterales, entenderemos porque hasta hemos perdido algunos partidos de local.

Quizás el error se encuentre en intentar jugar siempre de la misma manera, resignando sorpresa por las bandas para priorizar orden defensivo. O también tenga que ver simplemente con utilizar el mismo planteo en cualquier condición, sin tener en cuenta el rival o la superioridad a priori de un equipo frente al otro. Pero sí tenemos claro que hay algo que funciona mal: Chimino y Marcos Sánchez miran, desde afuera, sufrir a Martínez Montagnoli y a De Miranda en posiciones que deberían ser las suyas. Nadie le explica a la gente porque debe soportar dos mutaciones tácticas sacrificando dos buenos jugadores, en lugar de utilizar dos laterales naturales, de inferiores, aunque sea para probar otra variante.

Hay que cambiar o la locura puede atacarnos a todos. O terminamos con los planteos simples y repetitivos que no nos llevan a nada o, con el tiempo, nos conformaremos absurdamente con las dos o tres paredes intrascendentes que los de Verde logran partido tras partido. Habrá que escuchar al viejo Albert y romperse un poco la cabeza, aflojar con la monotonía táctica y aprender que en casa, mandamos nosotros.

FERRO (0): Jorge Carranza; Leandri Martínez Montagnoli, Berza, Héctor Desvaux, Pablo De Miranda; Franco Dolci, Carabajal, Nicolás Torres, Marcos Acuña; Jorge Pereyra Díaz y Osvaldo Miranda. DT: Carlos Trullet.
Suplentes: Limousin, Vera, Larrea, Amoroso, Sara.
Cambios: (65) Leonardo Fernández por Torres (82) Luciano Insúa por Acuña.

DEP MERLO (0): Matías Giordano; Juan Bravo, Sebastián Díaz, Guillermo Pfund y Adrián Torres; Mauro Pajón, Leonel García, Fernando Lorefice y Gonzalo Menéndez; Leonardo Piris y Leandro Lázzaro. DT: Néstor Ferreresi. Suplentes: Fernando Tantoni, Alejandro Mena, Olid Apazza, Juan Rivas y Blanco Leschuk.
Cambios: (82) Matías Díaz por Pajón y (86) Víctor Gómez por Piris.
GOLES: No hubo
AMARILLAS: Pereyra Díaz -F- Pfund, García -DM-.
EXPULSADOS: No hubo
INCIDENCIAS: No hubo
FIGURA: Giordano -DM-.