Primera D - YUPANQUI 0 - MUÑIZ 2

Sigue escalando

En el estadio de Liniers, Muñiz venció en un durísimo partido a Yupanqui por 2-0 con goles de Topaci

Se sabía de antemano que el partido de hoy, ante el Trapero, iba a ser muy duro. No por nada, este equipo le había arrebatado puntos a casi todos los que hoy pelean por ascender. Además pelea su propio campeonato, el de la permanencia, y por eso iba a ser un hueso duro de roer para los dirigidos por Diego Galeano. Y así fue. A pesar de la tempranera apertura del marcador, en pies de Topacio, el Rayo Rojo nunca pudo estar tranquilo y tuvo, una vez más, que apoyarse en el enorme arquero que defiende sus tres palos, Claudio Paz, para que en los momentos clave, frustrara las intenciones de Yupanqui de conseguir el empate. Así, y con paciencia, Jara pudo convertir el segundo cuando el final se acercaba para darle la tranquilidad que el equipo necesitaba.

La contundencia en el ataque y la solidez, tanto defensiva como propia del arquero, fue la diferencia que hubo entre los equipos. Mientras que el Quemero aprovechó las que tuvo, Yupanqui no lo hizo, chocó con Paz y con una gran labor defensiva del visitante. Además, mientras Muñiz fue paciente, el Trapero se dejó ganar por los nervios y la presión de su gente que pedía una victoria, lo cual dio como resultado lo visto en el campo de juego.

Once minutos solamente iban a pasar para que llegara la primera emoción de la mañana en el estadio de Liniers. Antes, Muñiz había arrancado muy acelerado y parecía estar varias velocidades por encima de Yupanqui pero, hasta el instante del gol, el local lo había estado emparejando.



Fue una buena triangulación en ataque la que dejó a Juan Topacio ingresar en soledad por el sector izquierdo del área, sin marca. El delantero del Quemero no dudó ni se puso nervioso, sacó un violento remate alto y cruzado para batir a Darío Aleman y poner el 1-0 para el visitante. Muy buena definición de Topa, que volvió a convertir luego de largo tiempo sin poder hacerlo.

El gol cayó como baldazo de agua fría para el local, que en los primeros momentos acusó el golpe y estuvo varias veces a punto de cometer errores fatales en defensa que provocaran el segundo. De hecho, por ir e ir, quedaba mal parado en los contragolpes.

Pero con el correr de los minutos, comenzó a acercarse con peligro al área de Paz. Emanuel Maciel fue el jugador más peligroso. Dos veces recibió solo por el sector izquierdo, en ambas ocasiones, sus disparos fueron contenidos por Paz, el primero abajo y el segundo fuerte y arriba, sacándola por arriba del travesaño. Fueron claves esas atajadas.

Porque Muñiz sabía que alguna otra le tenía que quedar para ampliar la ventaja. Antes del primer tiempo, el que lo tuvo fue Molina, que tras un centro por derecha, no le pudo dar de lleno al cabezazo, apareado por la marca, y la pelota terminó en las manos del arquero.



Así se fue yendo el primer tiempo, con una diferencia que sería clave entre ambos equipos: la que tuvo el Rayo, la mandó a guardar; las que tuvo el Trapero, no pudo convertir ninguna.

El segundo tiempo arrancaba con la baja de Fabián González en la defensa, su lugar lo ocupaba el Pocho Sebastián Giménez. La defensa siguió igual de firme. Pero en el segundo tiempo, casi que no hubo chances claras de gol, para ninguno de los dos equipos.

El partido se disputó en el mediocampo, se luchó y se trabajó bastante. Muñiz tuvo que correr, presionar y tratar de aprovechar algún ataque. Galeano fue variando y mandó a la cancha primero al Ricky Gómez por Brian Núñez y después al Pato Costa Repetto, en lugar del autor del primer gol, Juan Topacio.

El equipo siguió atento, esperando la ocasión propicia para poder liquidarlo y finalmente llegó. La defensa local se durmió en un rebote y apareció solo, en la puerta del área, el pibe Gabriel Jara. El enganche avanzó hasta el punto penal y, ante la salida del arquero, se la definió por bajo para convertir el segundo y darle la tranquilidad que necesitaba al equipo. Y el premio por la paciencia.



Luego del segundo tanto, el equipo aflojó un poco la tensión y jugó más relajado, lo cual no significó sobrar el partido. Al contrario, encontró más espacios y hasta tuvo posibilidades de convertir el tercero. Yupanqui, por su parte, cuando le convirtieron el segundo gol terminó por desmoronarse.

Muñiz tuvo varias chances más, varios desbordes, centros al área y un remate de Kulich que el arquero detuvo en dos tiempos pero no por reflejos, sino porque la pelota fue justo donde estaba ubicado. Pero no pudo convertir. El local siguió intentando, pero preso de su propia impotencia y de la gran labor del arquero y defensores quemeros, no pudo siquiera alcanzar el descuento.

Así fue como el Rayo Rojo consiguió tres puntos de oro. Uno de esos partidos que hay que ganar, hay que dar una lección de actitud, de coraje, de personalidad, de contundencia y también un poco de experiencia e individualidad, cuando se la necesita. Muñiz se trajo los tres puntos del estadio de Liniers y, con la caídas de Centro Español e Ituzaingó, quedó en la cuarta ubicación y a cuatro de diferencia del perseguidor más inmediato que no está clasificando, ahora es Juventud Unida. El equipo de Galeano dio otro paso clave para intentar ingresar al reducido y soñar con el ascenso. Que se venga Argentino de Quilmes.

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