Los Andes perdió ante Almagro 3-1, dio síntomas de un equipo que se está yendo al descenso y por Cen
Pedrozo, Franco y Ricardo Vera, la figura, marcaron los tantos de la visita. Descontó Aldo Visconti. Pesado clima puertas para adentro y mucho enojo con los jugadores.
Siempre tiene que mirar para los costados, festejar derrotas ajenas, porque no se ayuda a si mismo. En otra fecha donde San Telmo y Central Córdoba cayeron, Los Andes dejó una imagen opaquísima, digna de un equipo que está por descender y perdió en casa 3-1, con 45 minutos donde no hizo nada bien y un segundo tiempo de más.
Y mas allá de poder estar de acuerdo o no con planteos tácticos, ideas, esquemas de juego, lo primero en el fútbol es la actitud y los futbolistas que ingresaron al campo en el local (salvo Pinto y alguno más que se salva del incendio) carecieron de ello. Miraron pasivamente como se desarrollaba la historia y dejaron pasar una chance para a cinco fechas del final respirar tranquilo. Porque de ganar, le sacaban 15 puntos al “Candombero” y una distancia abismal al “Charrua”.
Jugadores que vinieron con una chapa para pelear el torneo y hoy deambulan por la cancha y como se dice en la jerga “Se comen técnicos”, mas allá que hubo yerros del entrenador en cambios y que no pudo volver a impregnarle esa idea que tuvo 13 puntos en 6 cotejos jugados que le dieron el respiro que hoy aun tiene.
¿Que es de la vida de aquel Scamporrino que deslumbró en All Boys y tuvo lapsos interesantes en Estudiantes? ¿Dónde está Ariel Martínez, el lateral que pasaba por afuera en Italiano? ¿Donde quedaron Gómez, Corulo, Belforte, Cereseto o aquel Zeballos de Colegiales?
Almagro fue inteligente, trató siempre de poner la pelota al piso y lo pasó por arriba en ganas y tesón.
Fue por ello que en el arranque, Vega tiró un centro y entre los dos centrales, Pedrozo de cabeza ponía el primero, a los 10 minutos
No hubo reacción, el “Milrayitas” transitaba de manera cancina la cancha, contra un contrincante que tenía en Vera-Sparapani a los conductores, Iglesias-Vega los carrileros peligrosos, el oportunismo de se delantero, mas el orden de la defensa.
