En el predio del barrio San Emilio, la primera semana de entrenamientos del Club Luján transcurrió tranquila. Los mayores sobresaltos los tuvo quizás el entrenador Adrián Del Río, quien pidió a los directivos la chance de entrenar al menos dos días a la semana en una cancha con un piso en condiciones óptimas. Por el momento, el presidente Eduardo Rilo y la comisión están abocados a esa misión, aunque los rectángulos de juego con buenas características no abundan en nuestra ciudad. Ya Del Río les bajó el pulgar a la Villa San José de los Hermanos Maristas y al San Emilio. Las novedades futbolísticas pasaron por el acuerdo al que lograron llegar dos ex San Miguel: el defensor Lucas Scarnatto y el arquero Laureano Ibarra. Mientras que el primero puede desempeñarse como marcador central e incluso como mediocampista, el golero es oriundo de nuestra ciudad y la temporada pasada fue suplente de Griegger en el Trueno Verde. Con la llegada de Scarnatto, quedó desestimado el defensor paraguayo Milciades Arrúa, quien continuará ligado al Deportivo Español. Por otra parte, se contactó con los directivos el mercedino Lucas Montero (ex Flandria), que en sus comienzos en el Ascenso vistió la casaca del Lujanero de la mano de Luis María Nicosia, aunque en aquel entonces jugando como carrilero. El presupuesto ya estaría cerrado y por eso es difícil que el defensor pueda llegar a convertirse en refuerzo. Este sábado es la fecha tope para Franco Costa. Se acabaron los plazos y el delantero deberá contestar en forma afirmativa o negativa. En caso de confirmarse su continuidad, se sumaría a la pretemporada el próximo lunes. Ese día, el plantel estará viajando a Embalse Río Tercero en donde realizará por espacio de siete días la parte más dura de la pretemporada. Si la contestación del 10 es negativa, la intención no sería buscar otro delantero. En tanto, el volante Matías Poll (ex Flandria) también conformó al entrenador y es nuevo refuerzo del Lujanero para el próximo certamen de la C.
