El Deportivo Maipú jugó su peor partido de la temporada y, a cuatro fechas del final de la primera fase, salió de la zona de clasificación. El domingo juega un partido clave en San Luis.
“Considero que el primer tiempo fue de lo peor que hizo Maipú en el torneo”. Palabras textuales de su entrenador Carlos Sperdutti en la conferencia de prensa tras la dura derrota ante Cipolletti de Río Negro. Sin dudas, que la imagen que mostró el “Súper Depor” el último domingo fue muy débil desde lo futbolístico durante los 90 minutos.
El Cruzado fue un equipo que prácticamente no tuvo conexión en ninguna de sus tres líneas. Por lo tanto, el pelotazo fue su única herramienta de ataque. Pero más allá de su apatía ofensiva, el Maipú falló en su equilibrio defensivo. Y lo pagó muy caro. Ambos goles de Cipolletti fueron contragolpes que llegaron tras una clara jugada de gol para el dueño de casa.
Jugadas idénticas, que mostraron el paupérrimo poder de recuperación, primero del mediocampo y luego de la última línea (salvo el Gallo Duarte). Como plus, el Cruzado dio cierta ventaja con Luis Bonacci (seguro debajo de los tres palos), quien padece un problema de meniscos en una de sus rodillas y en ambos goles, tardó en reaccionar.
Durante toda la semana previa, el conjunto Botellero había realizado un trabajo defensivo determinado para lograr neutralizar el juego y la velocidad de Marcos Carrasco y Santiago Vergara. Sin embargo, falló en la contención, recuperación y posterior relevo defensivo. Por ello y con el correr de los minutos, Cipolletti fue amo y señor del juego. Y el 2-0 con el que se fue al descanso, dio la sensación, que fue demasiado premio para un equipo Botellero totalmente anémico.
En el complemento la historia cambió porque los relevos le cambiaron la cara. Adentro Facundo Reyes (pide cancha a gritos), Rodrigo Malbernat y Kevin Leguizamón. Sin tener un juego colectivo aceitado, Maipú, tocado en su moral, reaccionó y por inercia metió a Cipolletti en su arco. Llegó el descuento y se ilusionó con el empate. Sin embargo, cada vez que la visita cruzó la línea de la mitad de la cancha, el arco Botellero tembló.
Y tembló como su posición en la zona Norte, ya que una derrota lo llevó del tercer escalón al sexto. Hoy, el Cruzado está afuera de la zona de clasificación. Restan cuatro finales para lograr el objetivo, y su primer examen será el domingo en San Luis ante Juventud.
