Al volante de Estudiantes le deben desde octubre del 2015, le pide dinero a los padres, no aguantó más y decidió inhibir al club por falta de pago. "Siento que me están boludeando, porque me prometen y no me cumplen. No pienso más en Estudiantes", dijo dolido.
"Se que Estudiantes no me va a dar nunca la plata, por eso lo inhibo", explicó Daniel Garro, a uno que más le adeudan y, contado por el jugador, menos le pagan en el plantel.
"Quiero arrancar una carrera como futbolista en otro club para darle qué comer a mi familia. Quiero que me paguen lo que me deben. La mitad de noviembre, diciembre, aguinaldo, abril, mayo", mencionó los motivos para inhibir al club.
"Le dije al contador del club. 'Tengo tres hijos y no tengo que darle de comer a la noche, ¿No tenes algo para darme?'. Y me contesta que 'nada'. ¿Qué le puedo contestar?", pronunció casi quebrado, impotente.
El plantel pasa el peor momento en el Nacional B. No, por lo deportivo, que está tranquilo por el promedio para este torneo, sino por las deudas que mantiene la dirigencia para con el actual plantel.
Siguió el jugador sincerándose: "Siento que me están boludeando, porque me prometen y no me cumplen. No pienso más en Estudiantes. Se que no voy a jugar más en Estudiantes, porque pienso en lo mejor para mi familia".
Garro mencionó una de las tantas vivencias con un dirigente, pidiendo lo que le deben: "Molina es uno más, que cuando le hablas, te dan la espalda".
También, el volante se hizo porta voz de otros compañeros que viven de igual manera sin su salario: "Hablo por Modón, Vega, por los chicos del club que pasan la misma situación. Como yo cobran miseria, mientras piden jugadores y cobran más que uno. Eso también duele. No es culpa de los jugadores que vienen de afuera, sino del presidente".
"Para vivir, sin mentir, les pido a mis viejos o a algunos compañeros que están mejor, pero ya no va más. Tengo tres hijos y no es así", siguió explicando su experiencia. Y continuó: "Hace seis meses me quisieron desalojar de mi casa, por deber seis meses el alquiler. Y ahora se sumaron cinco meses más. Gracias al dueño sigo viviendo ahí".
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