Suárez carga sobre su espalda una mochila bastante pesada y a pesar de todo se muestra confiado en que con trabajo y concientización a sus jugadores de cómo se deben hacer las cosas, la situación de Mandiyú puede cambiar. Lo que le dejó la derrota 2-1 con Antoniana.
Las puertas del vestuario visitante del estadio Padre Martearena no tardaron en abrirse, lentamente los jugadores de Mandiyú fueron saliendo cada uno con sus pertenencias a cuestas, yendo en busca del ómnibus que a unos pocos metros lo aguardaba para llevarlos de vuelta a Corrientes. Algunos directamente iban en busca de su asiento y otros se quedaban unos minutos para saludar a conocidos.
Entre los últimos en abandonar el vestuario estaba Pablo Suárez, que apenas nos vio se acercó, nos saludó, solicitó unos minutos porque había alguien que esperaba el "souvenir" que el técnico le obsequió de recuerdo. Después se acercó a nosotros y solo comenzó a hablar, como en una charla de café, haciendo su balance de cómo vio a su equipo en la derrota 2-1 ante Juventud Antoniana, por la 12ª fecha de la Zona 4 del Federal A.
"No jugamos bien, cometimos errores que al final terminan costando caro. Salimos a jugarle de igual a igual y eso de visitante no se puede hacer. Ya lo hablamos varias veces con los muchachos de que tenemos que tener nuestros minutos de espera, esperar que el rival también se serene, porque sabemos que ellos salen decididos a querer ganar y ponen todas las fichas en los primeros minutos para marcar la diferencia. Y nosotros no supimos aguantar esos minutos iniciales, fuimos a querer responder golpe por golpe y lo pagamos caro. Pero todo ello es producto de la inexperiencia de estos chicos, muchas veces lo hablamos, y se les explicó que debemos salir tranquilos, esperar que pase el aluvión inicial del rival para después comenzar a proponer nuestro juego. Y lamentablemente ello hoy nos terminó costando un gol", explicó Pablo a modo de desahogo, tratando de explicar el porqué del 1-0 tempranero del conjunto salteño.
Después el técnico de Mandiyú siguió contando su visión del partido disputado en la noche del miércoles. "Nos costó bastante acomodarnos en la cancha, otras veces lo hacemos más rápido, fue como que salieron algo así como más relajados, pero el tema es que cuando se despertaron ya estábamos perdiendo. Después se hizo un partido más parejo, a tal punto que tuvimos situaciones como para llegar al empate antes de que finalice el primer tiempo, pero volvimos a fallar en la puntada final".
"En el segundo tiempo -amplió Suárez- con el ingreso de Mayenfisch tuvimos más juego de equipo, y los otros dos cambios me permitieron poner arriba gente más fresca. Quedó demostrado, cuando lo atacamos conseguimos rápido el empate, que se ajustaba bien a lo que sucedía en el partido. Pero bastó que ellos tengan una pelota parada, un centro a nuestro área y otra vez gol. Después pudimos haberlo empatado, porque tuvimos situaciones claras, pero fallamos en la puntada final". Ese déficit se está convirtiendo en todo un karma para Mandiyú, porque genera, pero lo que genera no lo termina plasmando en la red.
"Realmente es un problema, porque trabajamos y mucho en ello, practicamos en definición como también cómo movernos en las pelotas paradas, no hay muchos secretos, es saber ubicarse, en un tiro libre como el del segundo gol, tenés que sacar a tu rival prácticamente hasta la línea del área grande, no le podés permitir que te vengan a cabecear casi dentro de tu área chica como sucedió en el segundo gol de ellos. Todo ello se trabaja y mucho en la semana, pero está visto que hay que seguir insistiendo sobre ello", remarcó.
Así como no hubo antes mucho tiempo para saborear la victoria ante San Jorge, tampoco lo hay ahora para digerir esta derrota frente a Juventud Antoniana, porque en unos días más hay que volver a salir a la ruta para enfrentar el domingo a Sportivo Patria en Formosa.
Al respecto, el ex DT de Talleres, Curupay y Huracán, por caso, sostuvo: "No tenemos tiempo para relajarnos, ya tenemos que empezar a preparar el partido del domingo. Este corrimiento en las fechas no nos favorece en nada a nosotros, porque no nos deja margen para que los jugadores se recuperen físicamente. Esto de tener que jugar miércoles y domingo, en un plantel corto como el nuestro, se paga caro. Tenemos lesionados a (Rafael) Blasco y (Emanuel) Tarabini, (Nicolás) Monje el otro día jugó a pesar de estar con problemas estomacales y además arrastra una molestia en el aductor, ahora fue expulsado (Alejandro) Pajurek, por lo que llegaré a Corrientes y comenzaré a ver qué equipo armo para ir a jugar el domingo en Formosa".
No es fácil estar en el cuero de Pablo, la responsabilidad y la presión, más en el caso de él por ser un hombre de Mandiyú, pero es lo que le toca vivir y lo tiene que afrontar. Él insiste con que el objetivo principal en esta temporada en el Federal A es conservar la categoría y por lo que se ve hasta aquí no será tarea sencilla, pero tampoco es una misión imposible, porque pueden haber rivales con muchos nombres, como el caso puntual de Antoniana, pero hasta aquí nadie demostró futbolísticamente ser más que otro, ni el mismo Sarmiento de Resistencia, hoy puntero del grupo.
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