El técnico de Mandiyú, Pablo Suárez, sigue convencido de su fórmula para revertir esta difícil situación: continuar con el comprometido entrenamiento y cercanía con los jugadores para tratar de levantar la moral.
Puede ser que tenga razón, como también puede que no la tenga. Solo Pablo Suárez sabe lo que pasa por su cabeza para insistir de la manera que lo hace en cada declaración cuando dice: "Tenemos que seguir trabajando, estas son solo malas rachas, hablamos mucho con los jugadores y entre ellos también lo hacen".
Nadie duda de que Pablo es un laburador, pero lo que ya se comienza a dudar es si solo con trabajo o hablando se puede revertir este cuadro de situación agravado por tantos malos resultados.
A Pablo se lo vio salir de los vestuarios del estadio de Altos Hornos Zapla abatido como en muy pocas ocasiones se lo noto. Fue el último en retirarse, cabeza gacha buscó el camino hacia el micro, previamente dialogó aparte con uno de sus colaboradores, después siguió caminando, cuando nos acercamos a él nos saludó con la amabilidad que lo caracteriza y allí se puso el chip que viene teniendo últimamente: "Jugamos bien, pero un par de errores nos terminaron costando la derrota".
Errores que ya son reiterativos: "Y por eso trabajamos mucho en los pocos tiempos que tenemos entre partidos y partidos, yo sigo creyendo que de esa manera revertiremos esa situación", nos decía.
También Pablo hizo y hace hincapié en lo mental. "Estos muchachos están muy golpeados por tantos malos resultados, por eso es muy importante seguir hablando con ellos para que no se caigan. Lo hacemos nosotros y también entre ellos, muchas veces pasan horas charlando".
Después el entrenador habló de lo que fue el partido con los jujeños. "Jugamos bien, salimos concentrados, esta vez no nos sucedió lo que venía pasando de que a los pocos minutos de haber comenzado el partido nos hacían un gol. Hoy (por la noche del miércoles) lo tuvimos controlado, pero bastó una desconcentración y lo terminamos pagando caro. Porque hasta el gol de ellos éramos nosotros los que estábamos haciendo mejor las cosas", graficó.
También Pablo apuntó lo que necesita en su equipo, pensando en la futura etapa de la Reválida. "Quiero dos delanteros que hagan goles, ya se lo dije antes a ustedes y de ello ya lo hablé con el presidente, por lo que ahora lo que debemos hacer es salir a buscarlos", acotó.
No será una tarea sencilla, pero sí, Mandiyú necesita alguien que la meta en el arco de enfrente.
Por último se le preguntó si se siente en condiciones de seguir al frente de este barco y no dudó al responder: "Yo sí, pero esa es una decisión del presidente (tirándole la pelota a Juan Ignacio Igarzabal), si él me pide que dé un paso al costado, lo doy por el bien de Mandiyú".
"Gracias muchachos y buen regreso", con esa última frase nos dejó y siguió cabeza gacha caminando hacia la salida del estadio "Emilio Fabrizzi", donde Mandiyú sufrió un nuevo golpe y por lo que se pudo ver en él, fue el que más le dolió a este magullado Pablo Suárez.
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