Joan Artaza es jugador del Rojo en el Federal A y estudiante de economía en la Universidad Nacional del Comahue. Su familia está vinculada a las dos actividades, con las cuales convive como elección de vida. ‘‘La clave es la perseverancía’’, afirma.
Entre apuntes, mates y la pelota, Joan Artaza (26) desarrolla dos actividades muy distintas. Es de los pocos futbolistas del país que cursa estudios universitarios. El marcador central de Independiente de Neuquén juega Federal A y está en el último año de la carrera de contador público.
Hijo de José Luis, secretario de economía en el municipio, y sobrino de Daniel, ex jugador de Cipolletti, tiene las dos actividades vinculadas desde la propia composición familiar. Su padre incluso, también estuvo en las inferiores de Rosario Central.
Joan nació en Neuquén. Hizo todas las inferiores en Maronese, fue a Banfield, volvió a los 18, pasó por Cipolletti, jugó en Alianza de Cutral Co y desde 2013 está en Independiente.
‘‘Mis viejos me inculcaron el estudio. Me permitieron jugar siempre y cuando cumpliera con esa responsabilidad. Nunca tuve problemas para eso. El fútbol tiene vaivenes, uno nunca sabe lo que puede pasar, entonces hay que tener otra salida. En el comienzo de la carrera pude cursar, pero desde hace un par de años con la cantidad de partidos y viajes ya me dediqué a rendir exclusivamente’’, comentó el jugador a ‘‘Río Negro’’.
La situación de Artaza es excepcional. Desde ya, esto se relaciona con el ámbito familiar en el que creció. ‘‘La mayoría de los chicos que estudian hacen algo relacionado con educación física o algo terciario más corto. Siempre me gustaron las matemáticas. Hay materias más pesadas en los años finales, trato de abarcar poco pero seguir avanzando’’, contó.
Independiente es uno de los tantos equipos que la rema tanto adentro como afuera de la cancha para afrontar el Federal A. La comunión de los futbolistas fue esencial para superar momentos asfixiantes. En ese sentido, con su situación académica también hubo contemplaciones. ‘‘Sabemos que es un torneo difícil y para nosotros lo es aún más por las diferencias de jerarquía y presupuesto. Por eso la fortaleza grupal es clave. En el club siempre me bancaron, tanto los dirigentes como los cuerpo técnicos que tuvimos me apoyaron las veces que tuve que llegar tarde o faltar a un entrenamiento para rendir o estudiar’’.
Es innegable que el entorno en el que uno crece determina mucho en nuestros comportamientos posteriores a lo largo de la vida. El fútbol y los números forman parte del círculo familiar de los Artaza desde siempre. Pero también es cierto que la constancia de Joan es un aspecto digno de ser reconocido.
‘‘Si puedo hacer una materia por cuatrimestre, la hago. Materia que hago, tiro el final enseguida para no estancarme’’.
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