Trece barras y un solo detenido. Después de la bochornosa suspensión del gran clásico salteño entre Central Norte y Juventud Antoniana, la Policía de la Provincia junto a la Justicia iniciaron una investigación para dar con los responsables de los incidentes del domingo en el estadio Padre Martearena. El primero en caer fue una persona identificada con el apellido Reinoso (de 41 años), y conocido con el sobrenombre de “Santo”. Según informó anoche el departamento de prensa de la Policía, este barrabrava fue detenido anoche acusado de ser uno de los responsables directos de la suspensión del gran clásico salteño. Reinoso, quien trabajaría en la Municipalidad, es uno de los cabecillas de la agrupación “La número 1” y, además, sería uno de los autores de las amenazas que recibió el presidente de Juventud Antoniana, Rubén González, días antes del clásico. El titular antoniano había revelado que desde el jueves había sido amenazado y advertido sobre la suspensión del partido si no entregaba 500 entradas de favor. La detención de Santos la ordenó el juez José María Alvarado Solá, a cargo del Juzgado de Instrucción Formal de sexta nominación. Este barrabrava, al que se le inició una causa por tentativa de extorsión, según consta en el expediente, estuvo fuera del Martearena mientras sus secuaces cumplían las órdenes de reclamar por las entradas para otros 300 hinchas que esperaban ingresar al estadio. Con respecto a esos trece barras que se subieron en el parapelotas, el juez también libró la orden de detención pero hasta anoche la Policía no pudo dar con el paradero de ninguno. El jefe de la fuerza, comisario Marcelo Lami, le había adelantado a El Tribuno que los trece sujetos habían sido identificados, por lo cual iban a ser detenidos e incluidos en la lista de los hinchas que no pueden ingresar a las canchas del fútbol salteño por desórdenes e incidentes anteriores. El “Santo” Reinoso también pasará a formar parte de la “lista negra” que la Policía espera incrementar con el correr de las horas.