Venció 3-2 al colista Estudiantes de San Luis, hilvanó su sexta victoria al hilo y llegó, por primera vez en el torneo, a la cima de las posiciones de la Zona 1. Sumó 25 de los últimos 27 puntos en juego.
"Va a ser un partido muy duro porque este equipo, pese a estar último, juega bien y viene complicando a cada rival que enfrenta. Nos tendremos que cuidar muchísimo".
Me voy a apoyar en las palabras de Diego Ledesma para enfocar mi análisis sobre el partido que acaba de ganar Olimpo, sobre la hora, 3-2 sobre Estudiantes de San Luis, por la fecha 14 de la Zona 1 del torneo Federal A.
El anticipo que me había hecho, en la semana, el goleador aurinegro me había dejado pensando: "con la racha que trae Olimpo, ganarle al que cierra las posiciones y al que más encuentros perdió en lo que va de la competencia, debería ser un trámite", reflexioné.
Me equivoqué. El dueño de casa se tuvo que pelar el lomo y más también para quebrar la hidalguía de un conjunto puntano osado, activo y sin limitaciones psicológicas o desaciertos pepelonezcos, al menos a la vista, que le den identidad a ese prejuicio tan futbolero y siempre escuchado: "y claro, por algo va último".
Olimpo tuvo las bujías empastadas. Su juego incisivo, al igual que ese dominio implícito que venía ejerciendo sobre los adversarios, recibieron corriente alterna y en los bajones de tensión casi pierde todo a manos de un visitante humilde pero sin la más mínima vergüenza de saber que todos le apuntan con el dedo por el simple hecho de estar en la cola del tren.
El primer tiempo se jugó al ritmo que implementó el forastero, que dependió de la habilidad de Israel Roldán para desnudar los desacoples olimpienses, que se mostró aturdido, incómodo y desorientado.
Estudiantes, bien parado, cubriendo todos los espacios y sin fisuras, dejó jugar a los centrales (Capraro y Ferreyra), los únicos que pudieron recorrer metros con el balón, pero en campo propio. ¿El resto? Custodiados con marcas apremiantes y escalonadas.
Ese sentido de superioridad de los dirigidos por "Tomatito" Pena no hacía eco en el área de enfrente, por eso no extrañó que, de golpe y porrazo, el trámite se convierta en un bodrio. Y en el medio de ese enjambre de indecisiones, imprecisiones y charlas ceremoniales y tediosas del árbitro (Bruno Amiconi) con los jugadores, Olimpo llegó al gol: centro de Seimandi, la bajó Hadad en el segundo palo y Brian Guille, tras el rebote en un defensor, la empujó de cucharita con su botín zurdo.
Dicen que cuando venís en rachaaa….
En el entretiempo, el elenco bahiense se enteró que Deportivo Madryn y Cipolletti iban perdiendo y renovó el circuito eléctrico. Nada lo podía detener ni quitarle la chance de llegar, por primera vez en el campeonato, al pináculo de la tabla.
A los 7 minutos, Hadad, desequilibrante, astuto y siempre sabiendo lo que tenía que hacer para darle brillo a los ataques de su equipo, saltó hasta el cielo para cabecear y poner el 2-0, que a esa altura parecía un "mazazo letal".
Olimpo, con espacios y más directo en la transición de un campo a otro, jugaba con felicidad y disfrutaba de estar ganando sin ser el que supo ser en cotejos anteriores, pero la confianza en sí mismo le fue mala consejera y del medio hacia atrás, después de mucho tiempo, empezó a temblar. No fue relajación ni desconcentración, solo zozobras frente a un oponente que atacaba con dos puntas y doble enganche.
El pampeano con apellido ruso, Federico Vasilchik, facturó por dos veces y el alma guerrera de Olimpo estuvo a punto de mostrar la bandera blanca.
Afloró el recuerdo del gol mal anulado a Capraro (definió de "palomita" un centro de Ham), a los 33, por posición adelantada que no pareció, pero había que insistir con el poco resto de Guille y las ganas de encarar del ingresado Aldo Araujo.
Lejos de rendirse y mientras Amiconi se "comía" alguna que otra tarjeta amarilla que merecían los estudiantiles, los dirigidos por Carlos Mayor enfilaron hacia el frente de batalla, restándole trascendencia al punto. Olfateaban sangre, y fueron por ella. Un gol más los dejaba como líderes del certamen, y en ese horizonte se enfocaron.
Tiempo cumplido: córner de Guille, cabeceó Martín Ferreyra y Capraro con el pecho la empujó (tal como muestra el testimonio fotográfico). Los jugadores de Olimpo corrieron para todos lados y nadie sabía quién había convertido el gol. Finalmente, el referí se lo dio a "Tincho" Ferreyra, aunque el último en empujarla fue "Nico", el 2, el ex Vélez.
En definitiva, ¿qué importa quién fue el autor de la conquista? Fue gol, valió, y Olimpo cosechó su sexto éxito en fila, que le permite igualar a Deportivo Madryn en la vanguardia, aunque con mejor diferencia entre los tantos a favor y en contra.
Olimpo no necesita dominar o ser más que su rival para ganar. Y quedó demostrado una vez más…
La síntesis
Olimpo (3): Villar; López Alba, Capraro, Ferreyra (c), Gancedo; Seimandi, Affranchino, Ham, Hadad; Guille y Ledesma
DT: C. Mayor
Estudiantes SL (2): Sacha Becerra; Valdeón, Baroni, Musso, Gorgerino; Nizzo; Echarri, Roldán, Garro; Felice (c) y Vasilchik.
DT: S. Pena
PT. Gol de Guille (O), a los 28m.
ST. Goles de Hadad (O), a los 7; Vasilchik (E), a los 23 y 31m. y Ferreyra (O), a los 45m.
Cambios. 67m. Amarilla (x) por Hadad, 73m. Mendoza por Amarilla y 80m. Araujo por Seimandi, en Olimpo; 10m. Belfiore (5) por Musso, 54m. Francisco Leonardo (6) por Gorgerino y 89m. M. Recalde por Roldán y L. Quiroga por Felice, en Estudiantes.
Amonestados. Guille (3m.) y Capraro (76m.), en Olimpo; Belfiore (45+2) y Valdeón (74m.), en Estudiantes.
Arbitro. Bruno Amiconi
Cancha. Olimpo
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