Venció a Independiente de Chivilcoy 2-1, clasificó a la Copa Argentina y afrontará el primer cruce como local, ante Sportivo Las Parejas.
Con más carácter que fútbol, Olimpo ganó un partido durísimo ante Independiente de Chivilcoy, y logró dos objetivos importantes de cara al futuro: definir como local el primer cruce en los playoffs y clasificar a la próxima edición de la Copa Argentina.
La victoria fue por un ajustado 2 a 1, con goles de Juan Perotti y Franco Olego, a la vez que Ezequiel Santángelo igualó transitoriamente el marcador.
El mérito del aurinegro estuvo en saber sortear a un rival que no tuvo intenciones de jugar al fútbol y que se dedicó a destruir en todo momento, además de contar con un árbitro permisivo que le dejó hacer lo que quiso.
Independiente se conformaba con el empate que le aseguraba una buena posición en la clasificación y de ahí el llamativo, aunque en buena parte del trámite resultó productivo, intento de entorpecer -incluso más allá del límite reglamentario- todo lo que generaba el cuadro bahiense.
Olimpo salió decidido a ganar. Acorraló a su rival de movida y buscó con variantes perforar a una férrea defensa, pero careció de la puntada final porque no tuvo la justeza suficiente para marcar diferencias.
Apenas en un desborde de Seimandi que culminó en una palomita de Hadad con el golero bien ubicado; un pelotazo de Hadad para Braian Guille que terminó en un tiro frontal a las manos del arquero Leguiza y, la más clara, un zurdazo de Olego que se desvió en Ostapkiewicz y casi se mete contra el poste derecho.
El resto de la fracción inicial pasó a segundo plano, porque la visita se aferró a defender con todos los artilugios posibles: golpes, agarrones, protestas y hasta provocaciones cuando algún jugador de Olimpo ensayaba una protesta.
Lo más saliente, sin dudas, el homenaje de Diego Maradona en el minutos diez. El partido se detuvo, hubo aplausos y música de fondo con el cantito: "Diego, Diego...." ; y el de los hinchas: "El que no salta es un inglés...".
Encontró la llave
Recién en el complemento pudo Olimpo encontrar los momentos adecuados para desnudar las falencias de un equipo que seguramente hizo méritos para estar entre los ocho, aunque también es cierto que en este partido gozó de ciertas libertades bastante inusuales.
Perotti fue un factor determinante en el desarrollo. El lateral, que casi no había pasado al ataque en el primer tiempo, empezó a complicar con su buen manejo y oportunismo.
Primero con pase largo en diagonal que Cristian Amarilla casi transforma en gol ante una mala salida del arquero visitante. El "7" dejó clavado a Martín Gallo y le dio con el empeine del pie derecho. La sensación era que la pelota se metía, incluso los hinchas ya lo gritaban, pero se fue abriendo y no quiso entrar.
No obstante, la insistencia fue tal que en un córner, a los 9 minutos, la pegada de Guille marcó la diferencia. La pelota hizo una parábola, se alejó del arco y cayó en el corazón del área, donde Perotti, sin marca, le dio sentido con un cabezazo al medio.
El estadio estalló de alegría; los hinchas -hubo muchos, por cierto- cantaron y alentaron, y todo parecía encaminarse a un triunfo seguro.
Independiente tuvo que cambiar el libreto rápidamente. Entró el grandote Rodrigo Bernal González, dejó de lado el esquema especulativo y empezó a adelantarse en el terreno.
Fueron 8 minutos de búsqueda permanente que coincidieron con un peligroso repliegue de los dirigidos por Mayor. Y en el desconcierto de un par de centros al área, en lo que Olimpo se paró muy mal, llegó el empate con una fórmula similar.
Franco Cáseres ejecutó un córner desde la izquierda, Villar dudó entre salir y quedarse, y al que nadie esperaba, tal como sucedió en el gol aurinegro, apareció solito para conectar de cabeza: Ezequiel Santángelo -uno de los que estaba jugando de regalo en el partido-, le devolvió la ilusión a los de Chivilcoy.
Parecía que el "Diablo" se salía con la suya, ya que a Olimpo se le esfumaban los minutos entre intenciones que no prosperaban y pitazos inventados de un árbitro que, literalmente, no midió con la misma vara.
Mayor tiró toda la carne al asador con los ingresos de Araujo y Soda -sacó a los dos volantes centrales: Fernández y Hadad-, buscando desnivelar por todo el frente de ataque. Y lo logró con Guille triado unos metros atrás, y Amarilla bien abierto por la banda derecha.
Claro que para lograr el cometido se necesitaba de la aparición del "9", Franco Olego, el que llegó reemplazar a Ledesma y venía de convertir en San Luis.
Su calidad quedó manifiesta en cómo resolvió tras un centro rasante de Araujo, anticipándose a los centrales y burlando la tardía reacción del golero. Un toque imperceptible de derecha para desviar la trayectoria del balón, que mansamente se introdujo pidiendo permiso para incrustarse donde se atan los piolines al poste (ver foto).
A Independiente no le quedaron fuerzas ni ideas, mientras que Olimpo gozó con un final a toda orquesta con sus hinchas y un triunfo que lo deja bien anímicamente para enfrentarse otra vez con el equipo que el año pasado fue su sombra negra.
La síntesis
OLIMPO (2)
Villar
López Alba
Capraro
Ferreyra (c)
Perotti
Amarilla
S. Fernández
Seimandi
Hadad
B. Guille
Franco Olego
DT: C. Mayor
INDEPENDIENTE (1)
Leguiza
Santángelo
Aciar
Ostapkiewicz
Gallo
Bassi
Olmedo (c)
Cáseres
J. Aguirre
J. López
M. Salvaggio
DT: A. Salvaggio
PT. No hubo goles.
ST. Goles de Perotti (O), a los 9m.; Santángelo (O), a los 17m. y Olego (O), a los 36m.
Cambios. 70m. Araujo por Hadad, 80m. Soda por S. Fernández y 83m. Mendoza por Amarilla, en Olimpo; 60m. L. Rodríguez por Gallo y Bernal González por Bassi; y 82m. Aman por Aguirre y Cisneros por Olmedo, en Independiente de Chivilcoy.
Árbitro. José Díaz.
Cancha. Olimpo (excelente).
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