Las primeras tres fechas del año encendieron la alarma en Central Norte. Cuatro puntos de nueve posibles no es la mejor cosecha, aunque éstos hayan sido obtenidos en dos clásicos consecutivos y en condiciones adversas.
De todos modos, al técnico Gustavo Coleoni hay dos cuestiones puntuales que lo tienen intranquilo: la falta de gol y el juego asociado.
Central marcó un solo tanto en 270 minutos. Muy poco para un equipo que pretende salir del pozo. Y se vienen tiempos que requerirán todo lo contrario.
Coincidentemente, el Gordo Altamirano, el goleador que tiene el equipo con 12 anotaciones, todavía no convirtió en este año (tres partidos) y su ausencia en las redes comienza a preocupar.
Además, el equipo de Coleoni es el que menos goles convirtió entre todos los equipos de la zona norte (junto con Gimnasia de Concepción del Uruguay). El cuervo anotó en lo que va del 2014 un solo tanto (de Perillo en el clásico frente a Gimnasia); en cambio, el albo es el que más tantos convirtió en las tres primeras fechas del año: seis goles; le sigue Tiro Federal con cinco y más atrás se debate el resto con tres y dos tantos.
Si bien la diferencia no es grande con respecto a los otros equipos, la falta de gol comienza a sentirse y será fundamental para Coleoni y su equipo corregir esta falencia, antes y durante el repechaje en donde el cuervo luchará por la permanencia y, tal vez, por el segundo ascenso.
La segunda preocupación tiene que ver con el juego colectivo del equipo. Si bien es una deuda general y de casi todos los equipos, Coleoni sabe que debe levantar el nivel de juego de sus dirigidos en la próxima fecha. Central demostró en los últimos partidos tener carácter y actitud para sobreponerse a las adversidades deportivas y extradeportivas, pero necesita un poco más de conexión entre sus líneas para afrontar lo que resta del torneo, ya que se vienen etapas decisivas. La llegada de Matías Guerra se suponía que le otorgaría más volumen de juego, pero esto no sucedió hasta el momento; mientras que Mario Campos, Cristian Zurita y Fausto Apaza se destacaron más por la entrega física que por el fútbol.
Sin goles no hay triunfos y sin juego asociado es difícil llegar a los goles.