Primera Nacional - ALMIRANTE BROWN

Crónica de una muerte anunciada

Almirante Brown descendió por tercera vez en su historia, y jugará la proxima temporada en la B metropolitana. Un descenso inevitable y predecible, un fracaso de los dirigentes, jugadores y cuerpo técnico. Malas decisiones llevaron a este presente crítico de la Fragata.

Por donde hay que empezar. Un descenso es el resultado de las tres últimas temporadas. Dos de ellas comandadas por el capitán Blas Armando Giunta, que tiró la toalla luego de un papelón en Mar del Plata y una frase histórica: "Les pedí que jueguen como una final y a los diez minutos perdían 3 a 0". Pero claro, detrás de esto están los dirigentes.

En la temporada 2012/13, le renovaron al entrenador por un año más con un sueldo que pocos clubes de primera le podrían pagar. Además, con la condición de reforzarse para pelear un posible ascenso a primera división, contratando jugadores de primer nivel para la categoría como Cristian Chávez, Pablo Caballero, Joel Acosta, Leonel Altobelli, entre otros nombres que reforzaron al equipo ilusionando a La Matanza.

Fueron pasando los meses y la economía del club comenzó a sufrir las consecuencias, porque entraban "80 pesos y se iban 120", contaba un dirigente del club. La deuda incrementó, se le hizo imposible pagarle a Blas Giunta y a gran parte del plantel. Giunta no cobraba hacía más de 5 meses y renunció despues de estar casi 8 años como entrenador.

Manotazo de ahogado para Juan Antonio Echeverría, presidente de la institución en aquel momento, que no aparecía en la institución mientras Almirante Brown era "Kosovo". Provisoriamente asumió Héctor Tobio a cargo del equipo junto a Lorenzo Ojeda, entrenadores de las inferiores. Un par de partidos ganados nublaron la visión de los dirigentes y decidieron dejar a la dupla técnica hasta el final del torneo.

Al comienzo de la temporada 2013/14, los problemas empezaron desde el entorno dirigencial. Se venían las elecciones en Noviembre y Juan Antonio Echeverría no sabía si presentarse a éstas. Los opositores le pedían un adelanto de elecciones para poder armar el plantel, pero no accedieron. Se armó un plantel pobre, con jugadores fuera de estado, que no estaban a la altura del momento y con pocos partidos en los últimos años.

Llegaron Walter Zunino, Diego Nadaya, Emanuel Olivera desde Vélez, Victor Ormazabal, y como si fuese poco contrataron a Luciano Olguin por haberlo visto en youtube desde Azerbaijan. Lo mismo con Sergio Perez Visca que llegó desde Uruguay. Gastón Giménez, el mejor futbolista surgido de las inferiores, casi queda libre del club por una deuda (cobraba el minimo). Además, se fueron referentes y grandes futbolistas como Gastón Losa, Jonathan Zacaría, Cristian Chavez, José Luis García y Pablo Caballero. Un plantel limitado, dirigido por dos entrenadores de inferiores. La idea era mecharlos con chicos del club. Pero tal proyecto jamás existió. Luego de una serie de malos resultados en veinte partidos dirigidos (6 victorias, 3 empates y 11 derrotas), tomaron la decisión de renunciar como entrenadores en la caída frente a Gimnasia de Jujuy.

Una semana antes de las elecciones, Juan Antonio Echeverría y su comisión directiva no esperaron, y decidieron contratar a Héctor "chulo" Rivoira. Según ellos, una persona que conocía el club. Aunque Rivoira fue jugador en la década del 80 y como DT estuvo en los 90, el club ya no era lo mismo pero sí tenía espalda para soportar la presión. Arrancó con un empate ante San Martín de San Juan, y consiguió dos victorias ante Ferro y el histórico triunfo ante Independiente. Todo parecía distinto, se respiraba esperanza. Antes, estuvieron las elecciones del 3 de Noviembre. Luis Diosquez fue electo como nuevo presidente, asumió el difícil desafío de sacar adelante a la institución. Una lista que estaba conformada por dos agrupaciones: "Los mirasoles" y el "M.I.A". Asumió gente conocedora del club. No había dinero, todo era complicado.

Llegó el mercado de pases de 2014 y ante la posibilidad de contratar solamente tres jugadores, Almirante Brown necesitaba delanteros y optó por el joven Tobías Figueroa formado en Belgrano de Córdoba y por la experiencia en el ascenso de Juan Pablo Pereyra. Sólo le ganaron a Villa San Carlos en los primeros partidos. No pudieron frente a los rivales directos como las derrotas ante Douglas Haig, Sportivo Belgrano, un empate de local ante Talleres, y algunos encuentros perdidos en los últimos minutos comenzaban a preocupar a Rivoira.

El partido ante Gimnasia de Jujuy era clave para el futuro. Como le costó durante todo el torneo, Almirante lo perdió en el Fragata Sarmiento. En todo el torneo, sólo ganó tres partidos en su estadio. En aquel encuentro, el público invadió el campo de juego y Héctor Rivoira renunció. Justamente, frente al mismo rival que renunciaron Héctor Tobio y Lorenzo Ojeda. Con la confianza y la moral por el suelo, con sueldos atrasados y cheques que los jugadores cobraban mucho tiempo despues, la economía de Almirante Brown ya estaba deteriorada. Incluso, se le debe mucho dinero a un futbolista reconocido de la institución. La dirigencia eligió a un entrenador que pueda devolverle la confianza al equipo y poder sacar un buen colchón de puntos.

Felipe De La Riva agarró el fierro caliente en el peor momento. Paradójicamente, la dirigencia decidió que Daniel Bazán Vera sea el manager del club. Sorpresa para todos. Había tenido un problema personal en Tristán Suarez con el actual entrenador. Pero el ídolo aurinegro siempre dejó de lado esa vieja historia, para poder ayudar al club. Cuatro empates consecutivos y la solidez defensiva, hacían soñar al público aurinegro con una posible salvación. El penal errado por Germán Basualdo ante Patronato, generó especulaciones sobre el equipo. Aunque en el tramo final, comenzó la mejoría. Se le ganó una "final" a Brown en Adrogué rompiendo una racha de 13 partidos sin triunfos. Y lograron ganar en casa frente a Boca Unidos. Tuvo la oportunidad de descontarle puntos otra vez a rivales directos. Primero a Aldosivi, y el fantasma de Blas Giunta volvió a aparecer en Mar del Plata; en el primer tiempo ya perdían 3 a 0. Se logró una victoria ante Atletico Tucumán en casa. Y en el partido decisivo ante Independiente Rivadavia, el equipo nuevamente demostró no estar a la altura de las circunstancias.

El final de la historia la sabemos todos. Huracán le ganó a Almirante Brown y lo condenó. Mejor dicho, Almirante descendió sólo. Los resultados malos resultados (3 triunfos de los últimos 19 partidos) y los problemas institucionales, hicieron que la Fragata se hunda. Un fracaso absoluto de todos, desde Blas Giunta, Echeverría, Tobio, Ojeda, Rivoira, De La Riva y las malas decisiones de los nuevos dirigentes que poco pudieron hacer en siete meses. Las cuatro patas no funcionaron en el club: dirigentes, entrenadores, jugadores e hinchas. Todos son culpables. Otra vez, Almirante Brown volverá a navegar por la B Metropolitana.


Los entrenadores del descenso, los números:

Blas A. Giunta: 88 puntos en 65 partidos.
Héctor Tobio y Lorenzo Ojeda: 21 puntos en 20 partidos.
Héctor Rivoira: 20 puntos sobre 20 encuentros.
De La Riva: 14 puntos en 13 partidos.