Primera Nacional - INDEPENDIENTE RIVADAVIA (MZA.) 1 - DOUGLAS HAIG 0

La peor enfermedad

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Ante la Lepra mendocina Douglas tocó fondo. Se infectó de un virus que a esta altura no parece tener cura. Este domingo por la tarde, en el Bautista Gargantini, el rojinegro perdió 1 a 0 con Independiente Rivadavia por el gol de Pereyra, en un cotejo donde el local jugó con uno menos más de 50 minutos por la expulsión de Agüero en el período inicial. Así, el Milan de Pergamino, que contó con el debut de De la Riva, culminó la primera ronda del campeonato en lo bajo de la tabla, a millas de la pelea por el reducido, mirando de reojo el promedio, y dejando una triste imagen desde lo futbolístico. Hoy, se encuentra en terapia intensiva, con pronóstico reservado, en el que para salir vivo depende de un milagro.

Está enfermo. No se conocen las causas, ni el momento exacto de la propagación del virus, pero lo cierto es que este Douglas parece no tener la cura exacta para detener una afección, que hoy por hoy lo encuentra en terapia intensiva y sin demasiadas expectativas de vida en el futuro inmediato.

Frente a la Lepra mendocina, el rojinegro cayó en desgracia. Este domingo a la tarde en el Bautista Gargantini se vio una versión no muy lejana a varias de sus actuaciones en el actual torneo, en el que los síntomas fueron parecidos.

Los 22 puntos con los que el Milan de Pergamino culminó la primera ronda hablan por sí solos. Un plantel que se armó con una expectativa harto diferente a cómo terminó, con la vara de objetivos alta, la subestimación a un campeonato que le dio en el semestre en curso una cachetada de realidad, la errónea elección de los refuerzos, y el bajo nivel de la mayoría de los jugadores en determinados episodios, es el análisis preliminar de una campaña olvidable, en la que si se da un resultado el lunes-victoria de Sportivo Belgrano-, quedará en la penúltima colocación.

Independiente Rivadavia y sus urgencias se apropiaron con un encuentro que ameritó desde el arranque, un empate. Es que los presentes de ambos en el certamen no son casualidad, y a la explicación a la larga racha sin conseguir tres unidades, se encargaron de responderla los protagonistas en el field.

El Gargantini se observó como pocas veces. El rectángulo lució poceado, con matas, desnivel, pelado en partes y con pozos, que impidieron el correcto traslado del esférico, y que además tuvo un papel gravitante en esta historia.

Los del norte bonaerense salieron con una premisa clara. Con el 4-1-4-1, Felipe De la Riva-no pudo ingresar a la cancha porque no llegó la habilitación de AFA-, que debutó como DT, intentó cerrar los caminos al rival, a quien le cedió pelota y terreno, aunque sus players de buen pie de mitad hacia arriba ilusionaron con salir de contra y lastimar.

Este último plan nunca surtió efecto. Por el inconveniente del césped mencionado anteriormente, Boló y Borrego jamás pudieron progresar en el campo tocando por abajo y darle destino aceptable al balón, y al cabo de algunos minutos los bochazos aéreos a Juan Martín empezó a ser una constante.

Del otro lado, Pablo Quinteros y sus urgencias de obtener un triunfo lo hicieron cambiar, de nombres y dibujo. El ex manager de los azules modificó casi medio equipo para este compromiso, y de esquema, el cual mostró un enganche, Rearte, a quien todos buscaron en con el propósito de generar a los puntas, Nadaya y Pereyra.

A los visitantes les salió a la perfección el andamiaje defensivo, en el que Gioda y Stele se acoplaron sin fisuras, y en los laterales, Aguirre y Marcolongo se dedicaron a marcar como prioridad, y a pasar de forma escasa al ataque. Sin embargo, la cuenta pendiente se dio en la ofensiva, donde el Gigante de Leones padeció ser atacante en soledad, con Lenci, Borrego y Boló alejado de su hábitat.

No obstante, todo se derrumbó a los 32 en una acción inesperada. En un trámite chato y aburrido, Pereyra giró de espaldas a la altura de la medialuna, sacó un disparo al ras del suelo, sin mucha potencia, que con la complicidad de Perafán, fue dando saltitos y se metió pegada al palo zurdo del 1.

Tras el gol, Juan Martín contó con dos chances para igualarlo, pero falló. A los 33 Gallucci Otero se la bajó con la testa al área chica, y la mandó afuera. Y minutos después Aguirre se fue pos su punta y envió un centro a la cabeza del 9, que a pesar de definir incómodo por un agarrón, la tiró a centímetros del poste derecho de Scapparoni.

Más allá de lo adverso del marcador, los de Felipao recibieron una positiva. A los 38 Agüero salió de la cueva y fue a cortar una jugada lejos de su posición con los pies para adelante sobre de Borrego, y el árbitro, Luís Álvarez, le exhibió la roja inmediatamente.

Dio la sensación que esa sanción torcería el rumbo del cotejo, algo que no ocurrió. Desde el vestuario, el ex entrenador de Flandria colocó a Canuto por Marcolongo, con la finalidad de darle salida y juego por ese sector, pero la idea no prosperó.

La visita acorraló a los cuyanos. Borrego tomó el protagonismo, se encargó de conducir en un elenco que acumuló gente en la delantera, y no así una estrategia clara para crear situaciones de peligro en pos de la parda.

Mientras tanto, el adiestrador táctico del local leyó el partido con rapidez y enseguida puso a dos habilidosos, como Méndez y Cerutti, para sostener el ritmo y lograr tenencia de la redonda, ecuación que se dio exacta, debido a que con desfachatez, los criteriosos otorgaron aire a sus compañeros.

En los pergaminenses, Laso suplió a Levato, y de esa manera fue a matar o morir. El Enano se ubicó cerca de Borrego, Boló a la derecha, Lenci y Martín dentro del área, más Aguirre y Canuto parados decididamente de volantes.

Con los de calle San Nicolás 44 jugados, los dueños de casa gozaron con el contragolpe a disposición, pero no estuvieron finos para darle el toque de gracia a un adversario que dejó espacios.

La imagen del cierre fue un suceso similar al de bastantes matchs en la competencia actual de la B Nacional, con un conjunto mitigando desesperado una paridad de modo utópico, cosa que también ocurrió en Mendoza, ya que la heroica no llegó.

De acá en más será el período del intercambio del chip, ese que obligadamente los dirigidos por el coach uruguayo tendrán que dejar atrás en la segunda rueda de la máxima categoría de ascenso, que al término de la inicial hoy halla a los suyos en el fondo de las posiciones, y en coma.

Síntesis:

Independiente Rivadavia: Scapparoni; Podestá, Agüero, Silva, L. Aguirre; Dolci, Coronel, Villarreal; Rearte; Nadaya y Pereyra. DT: Pablo Quinteros. Suplentes: Draghi, Parisi, Gautier y Torres.

Douglas: Perafán; A. Aguirre, Gioda, Stele, Marcolongo; Levato; Boló, Galucci Otero, Borrego, Lenci; y Martín. DT: Felipe De la Riva. Suplentes: Tantoni, Parrino, Compagnucci, Rodríguez y Moreno.

Cambios: Cerutti, Méndez y Sanffilipo, por Nadaya, Rearte y Pereyra (IR). Canuto y Laso, por Marcolongo y Levato (DH).

Amonestados: Gioda, Marcolongo y Lenci (DH).

Expulsado: PT 38 Agüero (IR).

Gol: PT 32 Pereyra (IR).

Árbitro: Luís Álvarez, de Capital Federal.

Cancha: Bautista Gargantini.

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