El Albo le ganó 1-0 a Ben Hur de Rafaela y se adjudicó la llave final Ascenso 3 del torneo Federal B. Respaldado por una gran convocatoria que se dio cita en el estadio de Huracán Corrientes, debió esperar hasta el minuto 41 del segundo tiempo, cuando Ariel Reinero concretó el gol del añorado ascenso.
El "monstruo" finalmente despertó y recuperó una parcela de ese terreno que supo ganarse en sus años dorados, tan presentes en la añoranza de los simpatizantes de Mandiyú. De aquellos que lo vieron jugar en primera división y también a quienes el relató les llegó por boca ajena pero terminaron apropiándose del mismo. El "monstruo", como lo calificó Pablo Suárez, ex jugador y actual entrenador del club, palabra autorizada y nexo vivo entre ese recordado ayer y esta actualidad de celebración, dado que el Albo con agónico gol de Ariel Reinero derrotó 1-0 a Ben Hur de Rafaela y concretó su ascenso al torneo Federal A, tercera categoría del fútbol nacional.
Luego de la igualdad sin goles en suelo rafaelino el partido de vuelta de la final de la llave de Ascenso 3 del torneo Federal B se jugó ayer ante una concurrencia estimada en 13 mil espectadores que prácticamente colmaron las instalaciones del estadio de Huracán Corrientes.
Probablemente empujados por la euforia y la efervescencia que se vivía desde horas tempranas, los futbolistas del Albo salieron decididos a encaminarse rumbo al ascenso. La apuesta del entrenador de sumar un hombre más a la línea de ataque dio rápidos síntomas positivos en el juego, ya que a los 30 segundos Juan Martín Kuchack fue a luchar una pelota y el balón le quedó servido a Diego Monzón, recostado en la derecha del ataque, y el disparo del tercer elemento ofensivo se estrelló contra el poste izquierdo del arco rafaelino. Al rato Kuchack ensayó una tijera que obligó a la reacción del arquero Marcos Cordero y en el rebote Gonzalo Ramírez de cabeza desaprovechó la oportunidad de convertir.
Debieron pasar algunos minutos para que Ben Hur pudiera salir del acoso del local y lo hizo gracias a la buena labor de Nicolás Monje y Matías González, quienes construyeron una pared por la banda derecha y el disparo del carrilero se fue apenas desviado. Más tarde González -muy movedizo- se recostó por la izquierda, enganchó hacia el centro y sacó un disparo cruzado que sacudió los nervios de los seguidores del Albo.
Pero en líneas generales el dominio del pulso del juego perteneció al local, a quien la presencia de Monzón le dio buenos frutos, aunque sin lograr romper el cero en la serie. En velocidad y a la carrera el delantero se sacó la marca de Gustavo Mathier de encima e intentó sorprender con un disparo al primer palo pero Cordero respondió con solidez. Más tarde capturó un balón que quedó dando vueltas en el área del Lobo sin poder empujarla al gol, ya que su disparo se fue muy ancho.
Algunas complicaciones pusieron a prueba al Albo, que a los 9 minutos del segundo tiempo perdió por lesión a su goleador Kuchack, quien debió abandonar el campo de juego luego de golpearse el tobillo al sacar un remate que se fue alto. César Molina fue convocado el juego y se activó casi de inmediato con una media vuelta que estuvo cerca de terminar en gol. Más tarde Monzón correría con la misma suerte que el Tanque y en su lugar ingresó Julio Sena, que también se adaptó rápido al juego y en una acción se asoció con Gonzalo Ramírez, quien avanzó hasta posición de gol, y se topó con una firme respuesta del arquero visitante.
Gustavo Barraza, DT del Lobo, tomó nota de los movimientos de Ramírez y mandó a la cancha a Jonathan López, para atacar con tres y de paso buscar contener al inquieto carrilero. Ben Hur ya no conseguía el caudal de juego que logró por algunos pasajes del primer tiempo, más allá que en un disparo de Gastón Palma exigió por demás a Yamil Jara.
El juego como en un embudo parecía desembocar en un gol de Mandiyú, aunque ¿quién sería el encargado de anotar después de tantas ocasiones malogradas?
Sena estuvo a punto de convertirse en el héroe pero Facundo Rodríguez despejó casi sobre la línea de gol cuando el chico había vencido a Cordero.
Hasta que a los 41 minutos apareció Ariel Reinero, el cordobés que tuvo una errática tarde y a quien parecían no salirle las cosas. Pero el delantero tenía reservada una bala de plata y la utilizó cuando se hizo de una pelota que quedó dando vueltas en el área de Ben Hur (habían luchado por ella Molina y Sena), y con un potente remate cruzado se llenó la boca de gol y contagió su grito a las 13 mil gargantas presentes en el escenario del Berón de Astrada quienes comenzaron a celebrar el ascenso que unos minutos después terminó por consumarse.
Por tradición y convocatoria, el Albo se merecía una alegría como esta. Logró subir un escalón en el mapa del ascenso argentino. Deportivamente el plantel dio más que la talla. Dependerá de quienes conducen la institución que lo conseguido pueda persistir en el tiempo como aquellas viejas hazañas del club.