Que la historia hubiera sido distinta en otro contexto, con un Alvarado con más trabajo desde lo físico y lo futbolístico, entra en el terreno de lo hipotético e incomprobable. Sí es cierto, que el entrenador Mauricio Giganti y sus jugadores se hubieran ido con otras sensaciones de la cancha de Lanús luego de la clara y, sobre todo, contundente goleada de Boca por 6 a 0, por los 32avos de final de la Copa Argentina. De principio a fin se impuso el bicampeón del fútbol nacional que mostró una supremacía que se tornó indetenible para el "torito" que se queda con un sabor amargo, pero con una evaluación importante y aristas positivas de cara a su objetivo, el Torneo Federal A que comenzará el 9 de septiembre.
Si una de las ideas principales era que no hubiera un gol tempranero, se desmoronó rápidamente. Apenas habían pasado 4' cuando Boca se encontró con un tiro libre a 20 metros del arco, Mauro Zárate ejecutó de manera precisa por encima de la barrera, Quinteros no llegó a sacarla, la pelota pegó en el travesaño y volvió al medio del área donde Lisandro Magallán sólo tuvo que poner la cabeza para sellar la apertura del marcador. Tomar aire, respirar y seguir de la misma manera, achicando espacios, no dejando desnivelar a los talentosos jugadores del equipo de Guillermo Barros Schellotto que, sin pensarlo, tuvieron efectividad casi perfecta.
Después del 1 a 0, más allá de que Alvarado no tuvo argumentos futbolísticos para inquietar a Agustín Rossi, el "xeneize" tampoco fue un cúmulo de situaciones de gol. Boca tenía la posesión de la pelota pero no lastimaba y el "torito" buscaba jugar lejos de su arquero y sorprender con alguna corrida de Visser y Molina o la claridad y pegada de Cristian Canuhé. Pero lo de los capitalinos era pura contundencia. En la segunda aproximación a fondo, cantó el segundo: Zárate volvió a aparecer en su dimensión, filtró un pase para Pavón entrando por izquierda y el mundialista tocó al medio para que Ramón Ábila sólo empujara sin resistencia al fondo del arco. Encima, cuando no se había recuperado del segundo golpe, recibió el tercero. Pablo Pérez conquistó la pelota fuera de la medialuna del arco y probó un remate que no parecía tener demasiado riesgo pero sorprendió a Quinteros que no la pudo sacar.
En ataque, casi nulo lo del conjunto de Giganti, mientras que atrás se la ingenió para no sufrir todavía más, con un buen trabajo de los centrales, la marca de Urquiza y el equilibrio que trataron de aportar Stefanatto y, principalmente, Caro. Pero era el día de Boca, que pudo estirar la cuenta con un tiro libre de Cardona que le sacó pintura al travesaño y un remate de Pavón entrando por derecha que despejó Quinteros. Pero la tercera fue la vencida, la derecha fue otra vez el lugar elegido para atacar y el capitán "xeneize" dijo otra vez presente con un remate que se desvió e ingresó suavemente contra el caño izquierdo.
Era duro, pero Alvarado lo soportó con hidalguía y siguió con su juego, no se apartó del libreto y buscó en un resultado y desarrollo adverso, aristas positivas de cara al futuro. Boca no era una real medida y lo peor que le podía pasar era desesperarse. Aunque a veces se hace difícil cuando a los 9' del complemento, tras un córner desde la izquierda, peinó Goltz en el primer palo, la pelota se estrelló en el segundo pero volvió derechito al central exLanús que superó la resistencia del "uno".
Guillermo Barros Schellotto lo usó como banco de pruebas y sacó a tres hombres importantes como Barrios, Ábila y Pavón, que se llevó la ovación de la noche no sólo por todo lo hecho en ofensiva sino por el sacrificio a la hora de recuperar la pelota. El mundialista se quedó con la máxima ovación en Boca, porque los aplausos más grandes se los llevó Ezequiel Ceballos ingresó en los 7' finales para decretar su retiro. Antes había ingresado Nicolás Mollo, que tuvo la más clara pero no la pudo aprovechar, no se animó a definir de derecha, quiso controlar y le quedó larga en las manos de Rossi, y Gaspar Gentile que poco pudo hacer en ese contexto.
"Trapito" tuvo su última función ingresando por Visser y rápidamente Emanuel Urquiza se le acercó para ofrecerle la cinta de capitán. Y el último "10", en este caso con la "17", se fue con la camiseta que mejor le quedó en su carrera. Ni el penal que inventó Pablo Echavarría, que tuvo que reemplazar al lesionado Darío Herrera, y que Carlos Tevez canjeó por por gol, opacó el momento ni acalló a los más de siete mil hinchas de Alvarado que le pusieron un marco fantástico a la popular visitante del estadio "Ciudad de Lanús", que sorprendieron a propios y extraños y le mostraron al país lo que es el "torito", su arraigo popular. Y se fueron aplaudiendo, saltando, cantando, dolidos por la derrota pero orgullosos de ver a su equipo jugando ante Boca, sabiendo que la verdad, para los de Mauricio Giganti, empieza el 9 de septiembre.
Síntesis
Boca Juniors (6): Agustín Rossi; Leonardo Jara, Paolo Goltz, Lisandro Magallán y Emmanuel Más; Wilmar Barrios y Pablo Pérez; Cristian Pavón, Mauro Zárate y Edwin Cardona; Ramón Ábila. DT: Guillermo Barros Schelotto.
Cambios: ST 23' Nahitán Nández por Barrios y 25' Carlos Tevez y Sebastián Villa por Ábila y Pavón.
Alvarado (0): Matìas Quinteros; Emanuel Urquiza, Germán Mendoza, Martín Quiles y Tomás Mantia; Matías Caro y Darío Stefanatto; Brian Visser, Cristian Canuhé y Francisco Molina; Nicolás Trecco. DT: Mauricio Giganti.
Cambios: ST 25' Nicolás Mollo por Trecco, 34' Gaspar Gentile por Stefanatto y 38' Ezequiel Ceballos por Visser.
Goles: PT 4′ Magallán (BJ), 24′ Abila (BJ), 28′ y 38 Pérez (BJ); ST 9′ Goltz (BJ) y 42′ Tevez, de penal (BJ).
Árbitro: Darío Herrera.
Incidencias: ST 33′ se lesionó Herrera y lo reemplazó el cuarto árbitro Pablo Echavarría.
Estadio: Ciudad de Lanús.
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