El Canario volvió a sumar y parece sentirse cómodo cuando tiene que salir fuera de casa. Jugó un partido impecable en terreno defensivo y por momentos logró buena circulación teniendo el control del juego. Tuvo las chances más claras y hasta el resultado le quedó algo corto.
El primer tiempo, aunque no tuvo demasiada profundidad en el juego por parte de ambos equipos, claramente El Canario se mostró más decidido a hacerse dueño del encuentro y arriesgar más que su rival.
No fueron muchas ni tan claras las chances, pero las contadas pertenecieron al visitante. La primera llegó cerca de los 15 minutos con un disparo del movedizo y habilidoso Bustamante que enganchó para su pierna hábil sobre la punta izquierda y sacó el remate esquinado que fue bien despejado por Fontán.
Cuando el juego se había equilibrado un poco e Italiano empezaba a sacudirse su modorra empujado por su gente, llegó la más clara de la primera parte. El 9 canario, Zárate, recibió en la puerta del área, engañó con el pase hacia afuera y, tras enganchar, remató con cara interna pero la pelota se estrelló en el ángulo. Era un golazo.
No hubo más emociones hasta los minutos finales cuando llegó otro remate desde afuera del área, esta vez por parte de Matías López, también por el sector izquierdo, que el arquero local resolvió muy bien. Y dos minutos más tarde El Tano lo tomó mal parado al Canario que se salvó de irse al descanso con una injusta desventaja.
El segundo tiempo parecía tener el mismo trámite hasta que a los 8 minutos, el goleador de Flandria, Cristian Cuenca, se hizo cargo de un tiro libre desde 30 metros. Cuando todos esperaban el centro a los cabeceadores que el Canario había enviado al área, el disparo fuerte picó, se deslizó y se le metió en el primer palo a un arquero que se vio sorprendido.
A partir de allí el partido se rompió. Italiano, algo impaciente por revertir la cuestión, comenzó a soltar sus volantes, laterales y se descuidó. Encima su gente perdió la poca paciencia que le venía teniendo al equipo que hasta ahora atraviesa una magra campaña.
Como era de esperar, de contra Flandria empezó a golpear el autoestima del local que se llenó de impotencia. A los 30 estuvo a centímetros de liquidarlo con un disparo de Becker que se estrelló en el travesaño.
Los minutos finales fueron de desesperación y pelotazos al área canaria esperando el milagro. El equipo de "Poroto" Cubero mostró una versión preocupante y se fue insultado por su gente. El Canario, con un trabajo perfecto defensivamente, hasta se quedó corto en el resultado.
