Primera A - PATRONATO (PARANÁ)

"Nunca bajamos los brazos y tuvimos hombría"

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Sebastián Bértoli, una vez más, se convirtió en el héroe del Santo, que llegó a lo más alto del fútbol argentino. "Hace 12 años que estoy en el club y nunca hubo un plantel que merezca el ascenso tanto como este", remarcó el capitán.

Para muchos fanáticos Rojinegros es el jugador más importante de la historia de Patronato. Y anoche lo reafirmó. Sufrió los malos momentos del club y fue clave para este presente glorioso para el equipo de barrio Villa Sarmiento. Antes de que comience la tanda de penales, quienes se encontraban en la platea del estadio Presbítero Bartolomé Grella confiaban fehacientemente en él. "Bértoli uno seguro ataja", repetían nerviosos y expectantes.
Y así fue. El Ruso se convirtió –como otras tantas veces- en San Sebastián y contuvo el sexto remate a Santamarina. Voló abajo, hacia su derecha y le detuvo el disparo a Juan Gáspari, lo que desató la locura y algarabía del Pueblo Santo, que celebró eufórico el ascenso a la máxima división del fútbol argentino.
"Nunca bajamos los brazos y tuvimos hombría para poder igualar la serie y después, en los penales, tuvimos la hombría para patear y no errar", dijo el arquero y luego, entre risas, prosiguió "nos tocó sufrir mucho y ya estoy grande, me pongo sentimental. Es una alegría enorme porque cumplimos el sueño de mucha gente, que hizo un esfuerzo enorme. No me quiero olvidar de nadie. Con los dirigentes la venimos remando desde hace mucho tiempo, tenemos apoyo de muchos sectores y somos un grupo muy noble, desde el utilero hasta el más grande. Queríamos la gloria, nos aferramos a ese sueño y todos los inconvenientes que tuvimos que pasar los fuimos superando. Es merecido por el torneo que habíamos hecho".
"Recibimos el mensaje de optimismo durante toda la semana. Hace 12 años que estoy en el club y nunca hubo un plantel que merezca el ascenso tanto como este. La gente vio el partido en Tandil y estaba confiada de que podíamos revertir la historia y lo hicimos. Estamos todos muy felices porque fue merecido; ahora nos toca disfrutar con la familia y toda la gente", cerró.


EL CAPITÁN EL DEL BARCO. Desde su llegada al club, Iván Delfino siempre se mostró con perfil bajo, cauto a la hora del triunfo y autocrítico a la hora de hablar de su equipo. Por ello, con una felicidad que era imposible de disimular, también celebró de manera moderada.
Mientras era una de las personas más solicitadas por los medios de comunicación, él pidió que le dieran un instante para devolverle la llamada a un amigo que quería felicitarlo, lo que habla de su bajo perfil. Un entrenador de pocas palabras pero mucho trabajo, que se encargó de levantar a un plantel golpeado y fue el autor intelectual del logro más importante de la institución. "Por la cabeza se me pasan un montón de imágenes, desde que empecé a jugar al fútbol en el barrio Cooperativo en Sunchales, siempre soñé con estar cerca de primera división y lo de hoy (por ayer) fue un logro. Después de un tiempo de trabajo lo pudimos lograr; el de arriba lo iluminó al Seba (por Bértoli), él tapó el penal y ahora estamos festejando", fueron las palabras del orientador táctico en la zona de vestuarios.
"Se logró el objetivo tan buscado –continuó-. Este equipo demostró no bajar nunca los brazos y es un gran mérito de ellos (por sus jugadores)".
Por último, el sunchalense elogió su arquero: "El Cabezón se puso las manos otra vez. Nosotros dijimos que teníamos que meter todos nuestros penales, que él se iba a encargar".