Primera Nacional - INSTITUTO

Endrizzi y la Gloria de ser un capitán

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El catamarqueño va a empezar su cuarto año en la B Nacional, afianzado como titular en Instituto de Córdoba.

Emiliano Endrizzi le abrió las puertas de su casa a El Esquiú.com para contar lo que fue su 2016. El capitán de Instituto de Córdoba va a comenzar su cuarto año jugando en la Primera B Nacional y espera que lo que viene sea mejor. Habló de la importancia de la familia, de la responsabilidad que el entrenador Iván Delfino le encomendó en la cinta que luce en su brazo izquierdo durante los partidos de "La Gloria" y de lo corto que le resulta el tiempo de vacaciones cuando puede disfrutar de sus abuelos, hermanos y amigos en el barrio La Tablada. Compartimos lo mejor de la charla:

- ¿Cómo fue tu 2016?
Es un año muy positivo, creciendo de a poco con el grupo. Fueron malos los primeros seis meses y después nos recuperamos. Fuimos mejorando, cambiaron todas las cosas en el club y personalmente creo que fue un año muy lindo, de menor a mayor, con lindos momentos, feos momentos, pero enfocándose en el trabajo de uno al 100 por ciento y las cosas fueron mejorando por eso.

- Cuando te dieron la capitanía, ¿qué sentiste?
Cuando llegó el técnico me habló, me dijo que no iba a jugar en una posición que por ahí venía jugando, pero no era la mía. Después en el primer partido, cuando me dijo que era el capitán, la verdad es que no caía. Nunca uno se pone a pensar si puede ser o no capitán de un grupo.
Estoy en un club hermoso, con gente muy linda, con compañeros muy buenos, gente de experiencia y la verdad, que lo elijan a uno me puso muy contento. Se ve que el trabajo que yo hago le gusta al cuerpo técnico. Va todo acompañado con el sacrificio que hacen mis compañeros en el día a día, dejándome ser el capitán del grupo.
Nada es fácil. Hay cosas que con tan poca edad que tengo no las he vivido, pero me agrupo, busco consejos de los más grandes, que son gente que ha viajado afuera y tienen más rodaje en el fútbol. Intento acercarme y hablar con ellos. Tengo amigos, colegas más grandes en otros clubes que me ayudan; hablo constantemente

- ¿Te ves afianzado en la categoría?
No sé si afianzado, pero algo la conozco por los tres años que llevo jugando en la primera del club. Es una categoría dura, siempre lo dije, con equipos que por ahí juegan, otros defensivos, canchas lindas, canchas feas. Es dura porque todos quieren estar en Primera, se pelean en todo sentido para tener sus mejores jugadores, mejores contratos para poder llegar al fútbol de primera. Todos desean eso.

- ¿Están dadas las cosas institucional y deportivamente para que Instituto pueda llegar?
En lo institucional ha crecido bastante en muy poco tiempo. Si no me equivoco, desde hace ocho meses hay nueva comisión y desde ese día cambió bastante por suerte. Se arreglaron mucho las cosas. Es gente nueva, trabajadora.
Y en lo grupal, nosotros tenemos un objetivo desde que llegó Iván (Delfino) que es sumar la mayor cantidad de puntos. Es lo que en cada partido intentamos plasmar, pero sabemos que es duro, más en algunas canchas, pero el objetivo es sumar y se verá al último.

- ¿Cómo es Delfino?
Él está tranquilo, trabajando. Por más que a veces sean cortas las semanas y hacemos dobles turnos, le gusta trabajar mucho.
Hace hincapié en que es un camino largo el del ascenso; no hay que creerse si ganas un partido y no sos el peor si perdés. Hay que estar tranquilo; es un apoyo grande el que él te da.
Cuando llegó me preguntó si podía ocupar esa posición (lateral izquierdo) y le dije que estaba a disposición de él donde me necesite. Yo lo había enfrentado cuando estaba en Patronato y me había visto bien de marcador de punta. Me fue dando herramientas para el puesto; he aprendido mucho de la posición aunque no soy defensor.

- ¿Cómo te llevas con la hinchada y la prensa en Córdoba?
Como en todos lados, si perdés sos el peor y si ganas sos el mejor; así es el fútbol. Pero bien, hay muchas personas que quieren lo mejor para uno. La gente va a la cancha y te apoya, te alienta. Lo más lindo es estar en familia, estar unidos, conversar, comer, tomar mate. Si te ve en la calle, te saluda por más que las cosas a veces no salgan bien. Pero de donde uno más saca fuerza es de la familia.
Yo tengo mi mujer, mi hijo, mis abuelos, mis hermanos que siempre están, mis viejos que me apoyan y lo importante, más que el hincha o el periodismo, creo que es la familia.

- ¿Te reconoce la gente?
Sí y mi mujer me hace burla por ahí. El otro día fuimos a comprarle unas cosas a mi abuelo y me encontré justo con un hincha de Instituto. Mirá dónde nos venimos a encontrar y mi "jermu" me agarró de punto, me hartó jajaja. Pero es lo menos; mientras me reconozcan por el trabajo que hago y no por otra cosa, bienvenido sea.
Córdoba es gigante y por ahí no todos son amantes del fútbol o no son todos hinchas de Instituto.

- ¿Los viste a los otros catamarqueños que están en la B Nacional?
He enfrentado a dos: a Nelle (Saúl) de Los Andes y a Zúñiga (Julio) de Chacarita. Creo que los chicos de All Boys no vinieron cuando nos ganaron en Córdoba.
Es muy lindo saber que hay otros chicos de la ciudad de donde es uno, que seguro que la han luchado y han tenido un camino difícil para llegar a Buenos Aires, dejando la familia. El sacrificio que hace la familia para bancarlos desde lejos es importante. La verdad, es muy lindo que lleguen.
No sólo es el fútbol; veo que hay muchas disciplinas que han crecido en Catamarca.

- Te va a costar dejar esta tranquilidad en tu casa para volver, ¿no?
Seguro. Vengo dos veces al año no más y son pocos días. Acá ponemos la mesa, tomamos un par de mates, conversamos, vemos gente del barrio. Recordar muchas cosas de cuando éramos chicos, las cagadas que nos mandábamos acá en la calle.
Este año para mi familia fue duro porque perdimos un ser querido muy cercano. Somos una familia unida y nos costó a todos arrancar.
No es fácil estar lejos, pero es el camino que uno decide al irse lejos de casa, para el bien y el futuro de todos.